
STAFF/Marina Alejandra Martínez
Lo que para muchos parecía un milagro político, para Carlos Humberto Quintana Martínez es simplemente un motivo para que los opositores se retuerzan de «celos”.
Así calificó el dirigente estatal del Partido Acción Nacional (PAN) las críticas a Alfonso Martínez Alcázar tras limar asperezas con el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.

Según Quintana Martínez, la política no debe vivir de radicalismos sino de diálogo, algo que, a su juicio, ambos han entendido.
Recordó que es natural que un presidente municipal converse con el gobernador y viceversa, por lo que los recientes eventos compartidos deberían celebrarse, no censurarse.
“Son celos, que no se pongan celosos, el presidente está trabajando, está haciendo su chamba y todo lo demás, yo lo dejaría en que son únicamente celos y que están todos celosos, es normal que un presidente municipal dialogue con el gobernador, qué bueno que se lleven, qué bueno que sea así, y lo deben de festejar”, enfatizó.


Pese a la nueva cordialidad, el historial no se borra de la memoria política, Ramírez Bedolla y Martínez Alcázar se mantuvieron distantes durante años, sin apariciones conjuntas y con intercambio de críticas.
Sin embargo, en los últimos meses han coincidido en varios eventos, y este jueves podría consolidarse la tregua con la presencia del gobernador en el informe del edil moreliano.
El líder panista negó que este acercamiento sea antesala de un salto político de Martínez Alcázar a la órbita de la Cuarta Transformación, y defendió que lo único que ha motivado el ruido mediático es la envidia política.