Alex Lafuente dice «peli» antes que «película», habla de enamorarse de un proyecto y de conexión emocional. Se nota que ama lo que hace y su entusiasmo no parece impostado, tampoco exagerado.
Es productor y distribuidor en BTeam Pictures y su especialidad es el cine independiente. También trabaja como mentor en programas de formación de jóvenes productores.
Hablamos con él aprovechando su estancia en Valladolid con motivo de la Seminci. Su agenda: apretada. «Estuvimos inaugurando el festival en Competición Oficial con Isabel Coixet y su película Tres adioses. Clausuramos con David Trueba, premier mundial de Siempre es invierno. Entre medias hemos estrenado Duse de Pietro Marcello, también en Competición Oficial. Luego teníamos también Ciudad sin sueño en pases especiales y, además, estamos estos días con el Merci que es el lugar de encuentro de la industria cinematográfica. Estamos con todo a la vez. Está siendo muy intenso y muy positivo para las pelis», dice Lafuente.
Sobre Tres adioses, largometraje del que ya hablamos en Cine&Series dice estar «muy orgulloso».
«La película recupera ciertos tonos del cine de Isabel de los años 90. Dialoga mucho con sus primeras pelis y hay algo nostálgico, muy bonito, con unas interpretaciones increíbles», dice Lafuente.
El último largometraje de Coixet, coproducido por BTeam, no se llevó la Espiga de Oro de la Seminci, pero se le augura un buen recorrido en cine.
La coproducción es un modelo muy habitual en el cine. «Producir solos me parece demasiado solitario y menos enriquecedor para las pelis», afirma Lafuente quien, con BTeam, viene de una coproducción a tres en España junto con un conglomerado aún mayor de productoras en Italia que han hecho posible Tres adioses.
Lafuente lleva toda se carrera profesional ligado a la distribución, pero un día decidió bucear en el mundo de la producción y ¡cómo lo hizo! Apostó por La novia, de Paula Ortiz, junto a Rosana Tomás y la propia Ortiz. El largometraje acabó ganando 2 Goya, 6 Feroz y un buen puñado de nominaciones en otros tantos certámenes. «Existía la sensación de que podía ser un proyecto muy arriesgado, pero al mismo tiempo muy especial. Fue una combinación de intuición e inconsciencia porque al no haber producido nunca, te metes en las cosas con mucha más tranquilidad. Veo lo que hicimos y me parece una locura. Pero salió muy bien», recuerda.
Me interesa saber qué criterios se siguen a la hora de apostar por un proyecto y aquí aparece el Lafuente más apasionado. «El criterio es absolutamente emocional y muy poco industrial», confiesa.
«La cuestión es que nos gusta mucho, como espectadores, el cine que hacemos, y eso algo fundamental. A mí me resulta muy sencillo enamorarme de un proyecto que sé que lo querría ver como espectador. Se trata de tener claro que si a mi me interesa, probablemente le interese a un grupo grande de gente como yo al que le gusta este tipo de cine. Es como seguir el instinto. Yo no produzco cosas que no me gustan o no me interesan, no soy capaz. Es un proceso tan largo y complicado producir una película que si no tienes una conexión emocional con el proyecto… no soy capaz de hacerlo. Hay mucha gente que sí. Yo funciono desde la conexión emocional con las pelis», dice Lafuente.
A la hora de la distribución el criterio está más constreñido a decisiones industriales. «No formamos parte del proceso creativo y pensamos más en cómo construir la campaña y el mensaje para que el público responda. Se piensa mucho más en los números y en no estrenar más de 12 o 13 películas al año», afirma.
Creo que se produce muchísimo, demasiado. No hay espacio para tanta producción española. Está feo que lo diga yo, pero es así.
En ocasiones, se habla de una falta de inversión en marketing para que las películas lleguen a oídos del gran público, pero Lafuente tiene otra visión del asunto. «Creo que se produce muchísimo, demasiado. No hay espacio para tanta producción española. Está feo que lo diga yo, pero es así. Los cines están en una dinámica de programar mucho en poco tiempo. No están en la dinámica de programar poco y cuidarlo. Les funcionan pocas películas a la semana y es que han cambiado los hábitos de consumo desde la pandemia, el público es más selectivo y se concentra en menos películas. Así que no tiene sentido que mantengamos el volumen de producción y de estrenos cuando el público no está respondiendo», dice el productor de BTeam.
«Creo que las distribuidoras independientes hacen campañas muy significativas, pero claro, tenemos que ver que la apuesta pueda tener un retorno y eso cada vez pasa con menos películas porque el público es más exigente y más selectivo», apostilla. «Más allá de imponerle más dinero a las campañas, pasa por estrenar menos y producir menos, lamentablemente», dice Lafuente.
Y de presupuestos hablamos cuando abordamos el tema de las ayudas públicas. «España tiene ahora muchas vías de financiación, tanto pública como privada. Hay muchas plataformas muy activas, muchísimas teles, muchos fondos regionales de todo tipo, fondos nacionales… El incentivo fiscal funciona muy bien, pero todas esas vías, aunque las consigas e incorpores a los proyectos, tienen un techo en cuanto a importes y eso hace que los totales de los presupuestos estén muy por debajo de lo que deberían estar para poder hacer bien las películas», explica Lafuente.
«La lucha está en que se amplíen esos presupuestos y que las dotaciones por proyecto sean mayores. Ese es el principal reto que tenemos», afirma.
Por otro lado, «como el público en salas está siendo más selectivo, las televisiones y plataformas están haciendo ese mismo camino intentando poner más fondos en pocos proyectos». Pero «al cine de autor le cuesta tener grandes cantidades».
Y ¿en qué canal de distribución obtiene mejor rendimiento económico una película? «Las salas de cine son absolutamente fundamental para el cine de autor. Tanto en distribución como en producción. Para nosotros es lo más importante, el pilar de la empresa a todos los niveles. Sin las salas no sobrevivimos. Además, la sala es lo que hace que luego, la explotación en la plataforma funcione», dice Lafuente.
El cine que le gusta y ve Alex Lafuente es el cine que hace, «por suerte», dice. Pero confiesa algo: «Me encanta el cine de terror. Tengo muchas ganas de hacer algo de este género tanto en distribución como producción, pero no encuentro el proyecto. Estoy deseando que venga alguien con un proyecto de terror y decir: esto me encanta, vamos a por ello». @opinionadas