domingo 02 de noviembre de 2025
Un buen ladrón (Roofman, 2025) retrata el caso real de Jeffrey Manchester y, a partir del mismo, aborda temas profundos como la culpa, la redención y la identidad.
El ladrón profesional Manchester (Tatum) se refugia en una juguetería tras escapar de prisión. Allí pasa inadvertido durante seis meses hasta que se enamora de Leigh (Kirsten Dunst), una madre divorciada que trabaja en la juguetería, lo que inevitablemente provoca que su doble vida comience a desmoronarse.
Anteriormente, Derek Cianfrance dirigió Blue Valentine (2010), un drama romántico en la que el cineasta demostró su talento al presentar una historia con gran intensidad emocional, realismo y crudeza. En ella se destacaba la forma característica de manejar la cámara, muy íntima y cercana, logrando que el espectador pudiera sentir la emoción y la tensión de las escenas en primera persona. En Un buen ladrón, Cianfrance aplica este mismo estilo a una historia basada en hechos reales.
El filme utiliza al protagonista como narrador de su propia historia. Esto permite explicar en detalle su situación, ofrecer reflexiones sobre su estado como prófugo y exponer sus pensamientos. Este último factor, junto con las acciones positivas que tiene hacia el personaje de Leigh, son los determinantes principales para que el gran corazón de Jeffrey se haga visible y, a su vez, genere empatía con el espectador, a pesar de ser un fugitivo de la justicia.
Aunque la película busca inicialmente mostrar el caso de un ladrón que robaba por necesidad para mantener a su familia, y que luego es buscado incansablemente, Cianfrance también introduce una crítica muy sutil a los medios de comunicación. Muestra cuán pasajeras suelen ser las noticias y cómo estas no tienen un impacto real en quienes las consumen para alertarse sobre la situación.
Además, la película hace un fuerte hincapié en la redención, demostrando cómo se deben dar segundas oportunidades sin importar las circunstancias. El personaje de Jeffrey Manchester pudo haber sido un ladrón fugitivo con malas actitudes, pero su gran corazón y su predisposición a intentar cambiar para reinsertarse en la sociedad son el punto más fuerte del film, convirtiéndolo en una gran feel good movie.
Dentro de toda esta parte dramática, el film esconde una pequeña cuota de humor que se potencia en los momentos en que se necesita un alivio, siendo esta faceta una de las más convincentes y divertidas de la película. A su vez, el film también encuentra el momento para introducir una sección en la que predomina el misterio y la tensión, un instante perfecto para que Cianfrance se luzca con sus movimientos de cámara y genere una situación que parece no tener escapatoria.
Derek Cianfrance crea una película atrapante y con muy buenas actuaciones por parte de Channing Tatum y Kirsten Dunst, quienes se muestran muy versátiles al momento de abarcar todos los matices de la historia.