La carrera por el Oscar a mejor actor nunca ha estado tan cargada de expectación como en la edición de 2025. Aunque la película Una batalla tras otra —dirigida por Paul Thomas Anderson— parece encaminarse con paso firme hacia los galardones principales, los focos han virado hacia la categoría interpretativa masculina, donde se libra un duelo de titanes entre Leonardo DiCaprio y Timothée Chalamet.
Ambos acumulan nominaciones en las predicciones especializadas y encabezan las quinielas tras un año en el que el prestigio, el peso mediático y la influencia cultural se han convertido en factores fundamentales. DiCaprio, que aspira a su sexta nominación en la categoría, interpreta en la cinta de Anderson un papel que muchos críticos consideran uno de los más complejos de su carrera. Una hipotética victoria lo acercaría aún más al panteón de los actores más laureados de la historia reciente del cine.
Chalamet, por su parte, regresa a la conversación de los Oscar gracias a Marty Supreme, un trabajo que ha sido celebrado en festivales y que refuerza su estatus como el rostro más influyente de la nueva generación cinematográfica. A punto de cumplir 30 años, su estilo camaleónico y su magnetismo ante la cámara lo consolidan como un emblema para el público joven y un referente para la industria. En caso de alzarse con la estatuilla, firmaría su primer Oscar tras quedarse a las puertas en anteriores ediciones.
Pero este pulso generacional no está exento de competencia. La lista de aspirantes es luminosa y diversa, con interpretaciones destacadas de actores como George Clooney, Michael B. Jordan, Daniel Day-Lewis, Jeremy Allen White o Russell Crowe. Sin embargo, un nombre comienza a sobresalir con fuerza: Ethan Hawke. Su desgarradora interpretación en Blue Moon, bajo la dirección de Richard Linklater, ha sido recibida con entusiasmo, y el actor podría convertirse en la gran alternativa que desestabilice a los dos favoritos.
Hawke, figura capital del cine independiente y referente de la generación X, llega cargado de una narrativa que Hollywood aprecia: la del intérprete consagrado y querido que aguarda el reconocimiento definitivo. Sus nominaciones previas y su trayectoria sólida lo colocan como un candidato ideal para protagonizar una sorpresa, sobre todo tras el furor crítico que acompaña su reciente trabajo.
Con meses aún por delante para que la Academia tome su decisión, la carrera promete intensificarse al ritmo de las campañas, los premios preliminares y los estrenos pendientes. Lo que ya está claro es que esta confrontación no solo celebra la interpretación cinematográfica, sino también el relevo generacional y la permanencia del talento como eje central de Hollywood. Las próximas semanas determinarán si el duelo entre DiCaprio y Chalamet se mantiene imbatible o si una tercera vía logra irrumpir y cambiar el guion previsto de esta apasionante temporada de premios. @mundiario