sábado 01 de noviembre de 2025
La adaptación serial de Cometierra (2025), creada y dirigida por Daniel Burman, junto a Cris Gris y Martín Hodara, parte de la novela de Dolores Reyes, una obra que se convirtió en fenómeno editorial y que ahora encuentra en la pantalla un nuevo lenguaje. La historia sigue a Aylín, una adolescente de un barrio popular de México que descubre un don sobrenatural al ser forzada a comer tierra durante un acto de violencia escolar. Desde ese instante, la tierra se convierte en medio de revelación: a través de ella puede ver el destino de los desaparecidos.
El guion —firmado por Mónica Herrera, Gabriela Guraieb, Camila Bruges, Clara Roquet y Brenda Navarro— transforma la trama original en una narración coral de siete episodios donde lo fantástico no se impone sobre lo social, sino que ambos planos se entrelazan para explorar la memoria, la violencia y la resistencia colectiva.
Lejos de los códigos del thriller tradicional, la serie construye una atmósfera contenida. Los directores privilegian la observación sobre el dramatismo, con planos sostenidos que muestran cuerpos, silencios y barrios periféricos sin estetización de la pobreza. La Ciudad de México, filmada entre el polvo y la penumbra, se convierte en un personaje que respira junto a los protagonistas.
En este universo, la violencia de género, los feminicidios y la desaparición forzada no son temas de fondo, sino estructuras que definen el mundo narrativo. Cometierra no busca ofrecer soluciones sino visibilizar una herida común: la de una sociedad que convive con el dolor sin poder enterrarlo.
La protagonista, interpretada por Lilith Curiel, representa una figura ambigua: no es heroína ni víctima, sino una mediadora entre los vivos y los muertos. Su poder para encontrar cuerpos ausentes la enfrenta a una doble tensión: el deseo de justicia y la imposibilidad del olvido. En su recorrido la acompañan Walter, Vero y Miseria, personajes que configuran una red afectiva que sostiene el relato y evidencia el sentido político de la comunidad.
Trasladar la acción del conurbano bonaerense a la ciudad de México no es una decisión decorativa: amplía la lectura de la novela hacia una dimensión latinoamericana, donde la violencia estructural y la impunidad estatal forman parte del paisaje cotidiano. Así, el relato argentino de Dolores Reyes adquiere resonancias regionales. En esta transposición, la serie mantiene el espíritu del texto original pero lo reinterpreta desde la territorialidad, la música y la lengua del presente.
Cometierra se sostiene sobre una premisa que trasciende la ficción: la memoria no muere mientras haya quien escuche a la tierra. La serie articula su fuerza en el equilibrio entre lo íntimo y lo colectivo, entre la desesperanza y la persistencia. Más que una historia sobrenatural, propone una mirada política sobre la violencia de género y la desaparición, donde lo fantástico se convierte en vehículo de verdad.