 
        El “folk-horror” o terror folclórico se caracteriza por mezclar lo rural, lo mítico y lo ancestral con un enfoque contemporáneo de miedo, represión y pertenencia. En España, esta corriente vive un resurgir gracias a cineastas como Paul Urkijo Alijo, cuya tercera película Gaua (La noche) compitió en el Festival de Sitges 2025 y explora la brujería, la represión inquisitorial y la sororidad en el siglo XVII vasco.
El género se distingue por su entorno rural y la conexión con la mitología local: leyendas vascas, cantos ancestrales y lo nocturno como espacio de libertad. Urkijo ha afirmado en entrevistas a El País que “la noche no es lo malo, muchas veces la oscuridad resguarda a quien la luz juzga”.
Este tipo de cine también revisa la figura de la bruja o del aquelarre, ya no como monstruos temibles sino como símbolos de resistencia frente al poder. En muchos casos, estas historias sirven para explorar la identidad, la memoria y el territorio, donde el espacio abandonado o el bosque se convierten en lugares de liberación.
Respecto al nivel visual, el folk-horror español destaca por su estética cuidada y su sensibilidad autoral. Son películas pensadas más para los festivales de género y los espectadores que buscan una experiencia inmersiva que para el circuito comercial.
Películas representativas contemporáneas que debes conocer
Entre los títulos esenciales está Errementari: El herrero y el diablo (2017) de Paul Urkijo Alijo, basada en la mitología vasca y aclamada por su atmósfera gótica y su lenguaje propio. Su reciente Gaua (La noche), presentada en Sitges 2025, confirma su papel como uno de los grandes exponentes del género en España.
Otro título a destacar es El páramo (2021), de David Casademunt, que transcurre en un entorno árido y minimalista donde el aislamiento y la mente humana se convierten en las verdaderas fuentes de terror. Además, plataformas como Filmin han impulsado el interés por este tipo de cine con colecciones como Folk Horror, que agrupan obras españolas e internacionales bajo un mismo hilo temático.
¿Por qué el folk-horror conecta localmente?
El público parece buscar algo más que sustos: busca raíces, incertidumbres colectivas y una conexión con lo que hay “fuera” de la ciudad. Tal como señala Urkijo, este tipo de cine es “una oda a la libertad”, un canto contra la opresión histórica y presente.
El resurgir del folk-horror español responde, en parte, al deseo de reconectar con lo local en una era globalizada. Las leyendas rurales, los mitos antiguos y los espacios olvidados vuelven a cobrar sentido en una sociedad que busca identidad y refugio en lo simbólico.
Si prefieres un cine de miedo distinto, apuesta por una sesión folk: elige una de estas películas a oscuras, con auriculares o en un entorno rural, y presta atención al silencio, los rituales y la oscuridad del bosque. Una experiencia diferente, más emocional y evocadora que los sustos de una mansión encantada hollywoodense o los gritos de un asesino en serie. @mundiario
 
         
         
         
        