 
        El stop-motion es, por su naturaleza meticulosa, una técnica intrínsecamente impresionante. Los hermanos Roy y Arturo Ambriz, a través de su estudio Cinema Fantasma, han llevado esta técnica a un nuevo nivel con Soy Frankelda, la primera película de stop-motion producida íntegramente en México (a diferencia de la colaboración en Pinocho de Guillermo del Toro). El resultado es un universo imponente, concebido con una ambición asombrosa.
La película sirve como precuela de su serie de HBO Max de 2021, Los sustos ocultos de Frankelda. La historia se sumerge en los orígenes de la protagonista, la huérfana Francisca Imelda (voz de Habana Zoé, de niña), una niña del México del siglo XIX que sueña con ser escritora. Sus creaciones la llevan al Reino de los Fantasmas, Topus Terrentus, habitado por sus personajes ficticios, incluido su interés romántico, el príncipe Herneval (Juan Pablo Monterrubio).
Un Universo Recargado de Lore y Estética Gótica
La mitología del Reino de los Fantasmas es el motor de la trama: Topus Terrentus corre el riesgo de desaparecer porque el miedo humano, que es el alma de «los fantasmas» (criaturas con estirpes de pájaro y arácnida, al estilo de Monsters Inc.), se está agotando. Cargada con la extensa mecánica de este reino narrativo, la trama de Soy Frankelda puede sentirse densa y desbordante de lore.
No obstante, los placeres visuales hipnotizan continuamente. Los decorados góticos con arquitectura barroca son el telón de fondo de títeres igualmente ornamentados, donde cada espacio parece hecho a mano con un amor táctil. La animación puede no tener la fluidez prístina de estudios como Laika o Aardman, pero dado que los hermanos Ambriz abordaron una historia tan elaborada con recursos limitados, el resultado es un gran paso adelante para la técnica en México. Si la máxima es «ve a lo grande o vete a casa», esta película encaja a la perfección.
Números Musicales Espectaculares y Empoderamiento Femenino
La trama se complica cuando Francisca Imelda, desilusionada por el rechazo en su vida, entra al Reino de los Fantasmas y se reinventa como Frankelda (voz de Mireya Mendoza), una autora inédita. El adulto Herneval (Arturo Mercado Jr.) necesita que ella escriba historias de miedo para salvar a su reino de la extinción y a sus súbditos de antagonistas como Procustes (Luis Leonardo Suárez), el escritor mediocre y celoso.
El tema central se ancla en el empoderamiento: al escribir ficción, Frankelda toma las riendas de su vida y encuentra el poder que le fue negado por ser mujer en el campo literario dominado por hombres. La película cuenta con dos números espectaculares. En uno de ellos, Frankelda y Herneval cantan «Yo Ya Había Estado Aqúi» mientras navegan en un barco inspirado en alebrijes. Esta secuencia trasciende el stop-motion, usando figuras de vidrio y un libro de cuentos emergente como interludios. Un segundo número, protagonizado por los villanos, utiliza fotogramas animados pintados a mano, logrando un efecto similar al de la película Loving Vincent. Soy Frankelda, influenciada por la obra oscura y caprichosa de Del Toro, está bien encaminada para ser considerada la respuesta mexicana a The Nightmare Before Christmas.
 
         
         
         
        