Cuando Sucker Punch, dirigida por Zack Snyder (300, Watchmen), llegó a los cines en 2011, la reacción de la crítica en España y el resto del mundo fue brutalmente negativa. La película, que narra la historia de Babydoll, una joven recluida en un psiquiátrico que escapa a mundos de fantasía para afrontar su trauma, fue señalada como un ejercicio de estilo espectacular sin sustancia argumental.
Los críticos la tacharon de «videojuego digital» o de «video musical largo» debido a sus intensas y estilizadas secuencias de acción llenas de zombis nazis, dragones y samuráis gigantes. Argumentaban que el guion era pobre y que el uso de personajes femeninos hipersexualizados restaba fuerza a su supuesto mensaje de empoderamiento.
Una Visión Incomprendida con Múltiples Capas
A pesar del rechazo generalizado, la cinta se ha ganado con el tiempo un estatus de película de culto incomprendida. Los defensores de Sucker Punch argumentan que la crítica falló al interpretar mal su compleja estructura de tres niveles de realidad: el real, el burdel imaginario (el mundo irreal) y las épicas batallas (el mundo de ensueño).
Para muchos, la película es una alegoría oscura sobre el trauma, la disociación y la escapada mental de la protagonista frente a la opresión, y que su «superficialidad» es intencional, funcionando como un mecanismo de defensa de Baby Doll. Además, su banda sonora compuesta principalmente por covers épicos de canciones clásicas y su estética visual inigualable son universalmente elogiadas, siendo el principal atractivo para sus seguidores.
El Legado del ‘Director’s Cut’
El propio Snyder considera que la versión de cine que se estrenó fue una versión aguada de su visión. La edición extendida (Director’s Cut) posterior fue celebrada por los fans, ya que añadió una escena crucial que proporcionó un contexto narrativo mucho más claro al destino de Babydoll y el personaje de Sweet Pea, reforzando el mensaje de sacrificio y esperanza. Aunque su recepción inicial la puso como una de las películas más polarizantes de Snyder, su poderosa imaginería sigue siendo un tema de debate hasta el día de hoy.