Estrenada en 2009, «Jennifer’s Body» fue recibida inicialmente con críticas mixtas y un rendimiento decepcionante en taquilla. La película, protagonizada por Megan Fox y Amanda Seyfried, y escrita por la ganadora del Oscar Diablo Cody (Juno), fue percibida por muchos como una simple comedia de terror teen que fallaba al no ser lo suficientemente cómica o aterradora.
Sin embargo, a lo largo de los años, el filme dirigido por Karyn Kusama ha experimentado una notable reivindicación crítica. Hoy, es ampliamente celebrada como una película de culto feminista y queer que fue incomprendida y mal vendida por su distribuidora.
La crítica actual subraya que la distribuidora la promocionó como una película de terror para el público masculino, enfocada únicamente en la sexualidad de Megan Fox. En realidad, el filme estaba escrito y dirigido por mujeres, y su verdadero público eran las mujeres jóvenes y la comunidad LGBTQ+.
El poder del guion y las actuaciones
Lo que realmente eleva a «Jennifer’s Body» es el afilado guion de Diablo Cody. La película subvirtió los tropos del cine de terror adolescente, utilizando la posesión demoníaca como una potente analogía del empoderamiento femenino tóxico y las complejas, y a veces destructivas, relaciones entre mejores amigas.
El diálogo de Cody es mordaz, lleno de ironía y frases con doble sentido que constantemente coquetean con la tensión sexual y el humor negro. Frases como «I’m killing boys, no, I’m killing boys» (Estoy matando chicos) resaltaron el subtexto de la historia: la venganza desde una perspectiva femenina que no teme ser visceral y violenta.
Las actuaciones también han sido revalorizadas. Amanda Seyfried brilla como Needy Lesnicki, la «chica secundaria» inteligente y sensible que debe enfrentarse a su amiga. Megan Fox (Jennifer Check) exhibe una vena cómica y una complejidad emocional que superaron sus roles anteriores. La dirección de Kusama logra poner la cámara al servicio del personaje de Jennifer, resaltando su poder sin caer en la mirada masculina gratuita.
Un legado de culto
Diez años después de su estreno, críticos y público coinciden en que la película era «adelantada a su tiempo». Su mensaje sobre las amistades femeninas complejas, el body horror y la sátira a los clichés de género no resonó inicialmente en una sociedad menos dispuesta a la reflexión feminista en el cine mainstream.
«Jennifer’s Body» es ahora un filme esencial para entender cómo el género de terror puede deconstruir estereotipos, y cómo una campaña de marketing fallida puede llevar a una obra de arte satírica a ser redescubierta, tardíamente, como la joya de culto que siempre debió ser.