En una evaluación directa sobre el estado del cine de autor, Carlo Chatrian, presidente del jurado del 38º Festival Internacional de Cine de Tokio (TIFF), expresó su profunda preocupación. Lamentó que la mayoría de las películas seleccionadas en la competencia carecen de acuerdos de distribución.
«No estoy seguro, pero creo que la mayoría de las películas seleccionadas en el festival no tienen distribución», declaró Chatrian, ex director artístico de los festivales de Locarno y Berlinale.
El director del Museo Nacional del Cine de Turín subrayó la ironía de que, aparte de los festivales, existen «muy pocas posibilidades de que se vean estas películas» a pesar de su calidad.
Chatrian destacó el papel crucial de los medios. Señaló a los periodistas que su trabajo es «tan importante» como el del jurado, ya que los festivales actúan como «grandes filtros» para seleccionar títulos merecedores de atención entre la vasta producción audiovisual.
La composición del jurado y su visión
Chatrian lidera un jurado de cinco miembros que evaluará 15 películas hasta el cierre del TIFF, el 5 de noviembre. El panel incluye a la directora china Vivian Qu (Girls on Wire), el editor francés Matthieu Laclau, el actor japonés Saitoh Takumi (Shin Ultraman), y la actriz taiwanesa Gwei Lun-Mei.
El presidente del jurado reconoció la complejidad de juzgar una lista tan diversa. Afirmó que su objetivo es «facilitar la conversación» y buscar ser «sorprendido, asombrado por algo que no preveía».
Vivian Qu respaldó las preocupaciones sobre la industria, describiendo los festivales como «probablemente el último lugar sagrado para ver cine». Enfatizó que el cine sigue siendo «válido» e «importante». El actor japonés Saitoh Takumi, por su parte, se centró en la esperanza de que el cine pueda trascender las fronteras.
Los otros miembros del jurado, Laclau y Gwei Lun-Mei, coincidieron en que el impacto emocional y la capacidad de la película para sorprender son factores clave en su proceso de evaluación.