Aunque la nueva versión de Los Roses ofrece momentos de humor sarcástico y escenas incómodas que funcionan gracias a la química de sus protagonistas, su guion se siente flojo y el resto del reparto no aporta demasiado, dejando a la cinta como una comedia ligera para pasar el rato sin mayores pretensiones.
La fuerza de The Roses reside en su dúo principal. Olivia Colman interpreta a Ivy, una chef que evoluciona de la inseguridad a la determinación absoluta, mientras Benedict Cumberbatch da vida a Theo, un arquitecto cuya carrera y vida familiar parecen desmoronarse. La dinámica entre ambos, cargada de sarcasmo y momentos incómodos, genera las escenas más divertidas y memorables del filme. Los cruces verbales y la tensión que construyen recuerdan a comedias clásicas sobre parejas disparejas, mostrando que la química puede sostener una película incluso cuando el guion flaquea.
Humor desigual y personajes secundarios desaprovechados
Si bien Colman y Cumberbatch destacan, el resto del elenco —incluyendo a Samberg, McKinnon, Zoë Chao y Allison Janney— se siente más un accesorio que un aporte significativo a la historia. Sus intervenciones son repetitivas o poco desarrolladas, generando momentos que rompen la narrativa sin ofrecer un avance real en la trama. La comedia, aunque presente, se apoya demasiado en sketches o situaciones exageradas que contrastan con la inteligencia de los diálogos de los protagonistas.
El guion, firmado por Tony McNamara, intenta mezclar humor ácido con la metáfora del matrimonio en crisis, pero queda corto. No se profundiza en los aspectos legales, emocionales o psicológicos del divorcio; en cambio, se despliega un desfile de personajes secundarios y situaciones cómicas que, aunque entretenidas, no logran sostener la película de manera consistente.
Entre sarcasmo y momentos incómodos
Lo mejor de The Roses son esos instantes incómodos que solo una pareja realmente dispareja podría generar: miradas, silencios, malentendidos y pequeñas humillaciones cotidianas que se sienten auténticas. Este tipo de comedia ligera funciona porque se centra en la relación de Ivy y Theo, dejando que su sarcasmo y complicidad lleven el ritmo de la película.
Jay Roach apuesta por una estética limpia y luminosa, con casas blancas y espacios amplios que contrastan con la tensión emocional de los protagonistas. Sin embargo, esa pulcritud visual también evidencia el vacío del guion en los momentos menos logrados, haciendo que algunas subtramas y personajes secundarios parezcan fuera de lugar.
Una comedia para pasar el rato
En última instancia, The Roses es una película que no pretende cambiar el género ni aportar una reflexión profunda sobre la vida matrimonial. Es ligera, divertida por momentos y salvada principalmente por Olivia Colman y Benedict Cumberbatch, cuya química sostiene la historia y hace que el espectador disfrute de la película pese a sus defectos. Para quienes busquen una comedia sencilla, con sarcasmo y situaciones incómodas entre una pareja, es una opción correcta; para quienes esperen un guion sólido o personajes secundarios complejos, quedará algo corta. @mundiario