Soy Frankelda llegó a la pantalla grande con un fuerte respaldo: ser la primera película stop motion completamente mexicana, y no decepciona en lo más mínimo.
La cinta sigue a Francisca, una joven apasionada por la literatura de fantasía con toques de horror. Mientras el mundo humano le niega su talento, en el mundo de los sustos ella se convierte en la última esperanza para salvar a sus habitantes a través de sus cuentos, todo con un hilo de romance que atraviesa la historia.
El trabajo de animación es sobresaliente: cada cuadro refleja la paciencia y maestría que requiere el stop motion. La película ofrece un espectáculo visual acompañado de un excelente doblaje, canciones rítmicas y una narrativa que recuerda a los clásicos de Disney de los 2000, donde el poder del amor puede más que todo.
Una película de calidad
Los personajes están cuidadosamente construidos, con motivaciones claras y personalidades definidas. Aunque en algunos momentos la trama parece dar vueltas sobre sí misma, esto no opaca la brillantez de la película. El antagonista, Procustes, se presenta como un villano memorable y eficaz, aportando tensión y carisma a la historia.
Como dijo Guillermo Del Toro, “ve a ver Frankelda, HDTPM”. Con esta recomendación y su merecido reconocimiento, la película es una recomendación rotunda, dejando al público con ganas de una secuela que continúe la aventura de Francisca y su mundo de fantasía. @mundiario