
▲ Fotograma de la película Father Mother Sister Brother, que se estrena en cines el 24 de diciembre
Ap
Periódico La Jornada
Jueves 23 de octubre de 2025, p. 8
Nueva York. Objetos, recuerdos y fotografías adornan la oficina de Adam Driver en Brooklyn. Hay una obra de arte que Jim Jarmusch le regaló por su cumpleaños 40 y docenas de fotografías del set, incluyendo una de Driver y su hijo en el halcón milenario de La Guerra de las Galaxias. “Un amigo que vio todo esto dijo: ‘Ah, entonces te importa’”, indica Driver, riéndose.
El actor estadunidense, de 41 años, puede parecer estoico, pero su pasión por el cine y, en particular por los cineastas que lo hacen, es profunda. En poco tiempo, ha trabajado con una serie de directores de un sólo nombre: Scorsese, Coppola, Spielberg, Jarmusch, Soderbergh…
En una era cinematográfica en la que las franquicias, y no los cineastas, han dominado la industria, Driver se ha mantenido notablemente leal a los directores comprometidos a hacer películas personales. Valientemente siguió a Francis Ford Coppola en Megalópolis y ayudó a Michael Mann a realizar su proyecto personal de toda la vida, Ferrari.
Este otoño, coprotagoniza su tercera película de Jarmusch, la cual ganó en la Mostra de Venecia: Father Mother Sister Brother. Todo lo que el director estadunidense necesitaba hacer era pedirle, asegura Driver, y él aceptaba, sin importar el papel.
Mientras, Driver se reunió con la prensa antes de partir hacia Budapest para rodar Alone At Dawn con Ron Howard. Es una película significativa para él, un ex infante de marina. En ella interpreta a John Chapman, un controlador de combate de la Fuerza Aérea que fue asesinado combatiendo en Afganistán en 2002.
“Se trata del carácter y la historia y, por eso me gustan tanto estos cineastas”, comenta. “Parecen pocos y están muy separados, pero están haciendo películas que se sienten como si fueran dirigidas por una persona”.
Pero la fe de Driver en los cineastas no siempre es compartida por los poderes existentes en la industria. En una larga conversación que a menudo tocaba las preocupaciones de Driver sobre las tendencias actuales de Hollywood, reveló que él y Steven Soderbergh pasaron dos años desarrollando una película de Star Wars que finalmente fue cancelada por la compañía Walt Disney Co.
Un casi encuentro con Star Wars
“Siempre me interesó hacer otro filme de Star Wars”, comenta Driver, quien protagonizó como Kylo Ren en la trilogía iniciada por El despertar de la fuerza. “Había estado hablando de hacer otro desde 2021. Kathleen (Kennedy) se había comunicado. Siempre decía: con un gran director y una gran historia, estaría allí en un segundo. Me encantaba ese personaje y me gustaba interpretarlo”. Driver dice que llevó un concepto a Soderbergh para una película que tendría lugar después de El ascenso de Skywalker. Esa cinta culminó con la redención de Ren y su aparente muerte. Driver había emprendido la trilogía con un arco pensado para Ren que invertía el viaje de Darth Vader. A medida que la trilogía evolucionó, no resultó de esa manera. Driver sintió que había asuntos pendientes para Kylo Ren, o como se le conocía antes de volverse al Lado Oscuro, Ben Solo.
Soderbergh y Rebecca Blunt delinearon una historia que el grupo luego presentó a Kennedy, al vicepresidente de Lucasfilm, Cary Beck, y al director creativo Dave Filoni. Les interesó, así que los cineastas llamaron a Scott Z. Burns para escribir un guion. Driver llama al resultado “uno de los guiones más geniales en los que jamás he participado”.
“Presentamos el guion a Lucasfilm. Les encantó la idea. Entendieron totalmente nuestro enfoque y por qué lo estábamos haciendo”, comenta Driver. “Se lo llevamos a Bob Iger y Alan Bergman y dijeron que no. No veían cómo Ben Solo podía estar vivo. Y eso fue todo. Se llamaba La caza de Ben Solo y era realmente genial”, agrega. “Pero ya no existe, así que finalmente puedo hablar de ello”.
Michael Mann y Megalópolis
Según se informa, Driver está vinculado a un par de películas que lo reunirían con cineastas con los que siente afinidad similar: Leo Carax y Michael Mann. “Ver a los cineastas no recibir el dinero que necesitan es frustrante”, considera. “No creo que yo sea un valor agregado. Pero siempre estoy dispuesto a apoyar la causa porque amo a esos realizadores y sus películas. Preferiría hacer cualquier cosa de Michael Mann”.
Ferrari, que protagonizó Driver como Enzo Ferrari, fue el primer largometraje de Mann en ocho años. Costó 95 millones de dólares producirlo, pero tuvo dificultades en taquilla, recaudando 43.6 millones . Megalópolis, de Coppola, fue aún más cara, con 120 millones de dólares, pero la financió él mismo. Para Driver, el audaz sentido de experimentación de Coppola es de lo que se trata hacer cine y lo que falta en la mayoría de los cineastas que tienen la mitad de la edad de él.
“El gesto de pagar tanto dinero por una película y tener la confianza de que el público lo acompañaría, eso, para mí, es conmovedor”, manifiesta. “Quizás a algunas personas no les gusten o no estén preparados para ellas. Tal vez a algunos les parezca aburrida, pero hacerla no lo fue.
Independientemente de su recepción, Megalópolis ha tenido un efecto duradero en Driver.“Se sentía como, de alguna manera, que no podías equivocarte con el personaje porque no había nada que pudieras hacer que fuera un error”, refiere.
Padre Madre Hermana Hermano, que Mubi estrenará el 24 de diciembre en cines, es un tríptico sobre hijos adultos y sus padres. El primer capítulo de la película presenta a Driver y Mayim Bialik como hermanos que visitan a su padre hermético (Tom Waits). Es la tercera película de Driver con Jarmusch, después de Paterson (2016) y The Dead Don’t Die (2019). Y es un firme defensor de cineastas que empujan los límites. “Te hace consciente de lo que una audiencia está viendo y quiero retirarme cada vez más hacia lo que está sucediendo internamente en alguien”, indica Driver. “Más que nunca, no quiero preocuparme por lo que está ocurriendo externamente. Ni siquiera sé si entiendo qué es un personaje. Las personas se comportan fuera de su carácter todo el tiempo.