
El Festival Internacional de Cine Infantil de Sharjah (SIFF), que concluyó recientemente su 12ª edición, ha ofrecido un contraargumento convincente a la noción de que el cine infantil es solo una programación secundaria. El festival se ha consolidado como un punto de encuentro internacional que ve a los niños no solo como espectadores, sino como participantes, críticos y creadores. A lo largo de una semana de proyecciones, talleres e intercambios, el SIFF reafirmó que la narración para jóvenes es un laboratorio para la empatía, la creatividad y la imaginación.
Una de las conclusiones clave es el rol de los Jurados Junior, que encarnan la idea fundacional de que la educación cinematográfica comienza en la conversación. Al invitar a los niños a deliberar y elegir ganadores, el SIFF enseña la alfabetización mediática como una disciplina creativa, cultivando audiencias que interpretan el cine de manera crítica.
A nivel global, el Congreso Mundial de Cine Infantil y Juvenil en el festival conectó a directores de todo el mundo. Líderes como Firdoze Bulbulia, de Sudáfrica, y Ralm Lee, de Corea del Sur, coincidieron en que el cine infantil es «donde comienza el futuro de la narración», siendo una inversión crucial para moldear la visión del mundo de las audiencias jóvenes.
El crecimiento del SIFF forma parte de una infraestructura creativa más amplia en el emirato, que incluye a Sharjah Media City (Shams). La sinergia con el festival busca convertir la inversión cultural en una infraestructura industrial a largo plazo, viendo la juventud y la creatividad como capital cívico y empresarial.
El festival también impulsa la inversión local, con jóvenes cineastas emiratíes como Fatimah Alshamsi y Ali Fuad utilizando el SIFF para presentar historias auténticas que conectan con su audiencia más joven, demostrando que la siguiente fase del cine local comienza con sus espectadores.
Finalmente, el SIFF mira hacia el futuro digital, albergando talleres de edición asistida por IA y realización de películas móviles. Esta iniciativa busca democratizar la creatividad al desmantelar barreras, convirtiendo los teléfonos inteligentes en estudios de nivel de entrada y la alfabetización digital en agencia artística. En Sharjah, el futuro del cine se parece menos al espectáculo y más a la administración.