El director Scott Derrickson, al defender la existencia de una secuela como «Black Phone 2», trazó una línea directa hacia algunos de los mejores ejemplos de continuaciones de terror, películas que lograron expandir su universo en lugar de simplemente repetirlo. Citó títulos icónicos como «Evil Dead II», «A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors», «Dawn of the Dead» y la propia M3GAN como modelos de franquicias que supieron evolucionar. Sin embargo, el modo en que estos clásicos llegan al público español a menudo pasa por un proceso de «metamorfosis» en sus títulos.
El caso más notorio es el de la saga de Sam Raimi. La segunda entrega, «Evil Dead II», aclamada por su mezcla de horror frenético y comedia slapstick, se estrenó en España bajo el título de «Terroríficamente muertos». Esta decisión eliminó el número de la secuela, unificando el tono de manera más efectiva con un guiño de humor negro, y se acompaña de la referencia a la saga matriz: «Posesión infernal 2: Terroríficamente muertos».
De igual manera, la obra de George A. Romero, «Dawn of the Dead», sufrió una dualidad. Mientras que la original de 1978, la cinta de culto que llevó el terror zombi al centro comercial, es recordada por el título seco y universal de «Zombi» (o «Zombi, el amanecer de los muertos vivientes»), la versión de 2004, dirigida por Zack Snyder, se distribuyó de manera más literal como «Amanecer de los muertos». El cambio ilustra cómo los códigos de distribución evolucionaron del miedo a perder el público (con títulos más genéricos como «Zombi») a la confianza en el reconocimiento de la franquicia.
La era de la fidelidad y el marketing global
La tercera entrega de la saga de Freddy Krueger, el ejemplo de secuela citada por Derrickson, es uno de los pocos casos de gran fidelidad en la traducción. «A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors» llegó a la cartelera como «Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño». Esta traducción respeta casi palabra por palabra el original y se aferra a la marca consolidada en España, donde la primera película ya había triunfado como «Pesadilla en Elm Street».
En contraste, las menciones a las producciones de terror más recientes citadas por Derrickson muestran la tendencia actual del marketing cinematográfico, que favorece la marca global. Tanto «M3GAN 2.0» como «Black Phone 2» han sido promocionadas en España manteniendo el título en inglés sin traducción. Esta práctica facilita la comunicación en redes sociales y en plataformas de streaming, donde la uniformidad del título acelera el reconocimiento del producto a escala internacional.
El abanico de títulos, desde el creativo «Terroríficamente muertos» hasta el literal «Pesadilla en Elm Street 3» y los inalterados Black Phone 2, dibuja un mapa fascinante de la distribución cinematográfica en España. Refleja los diferentes riesgos que los distribuidores han estado dispuestos a asumir a lo largo de cinco décadas para garantizar que el terror que cautiva en Estados Unidos resuene también en la audiencia española.