
Un simple accidente, dirigida por el reconocido cineasta iraní Jafar Panahi, narra la historia de un hombre que, tras un atropello fortuito, desencadena una cadena de acontecimientos que ponen a prueba los límites de la justicia, la venganza y la memoria. La película, premiada con la Palma de Oro en el último Festival de Cannes, es una reflexión sobre las heridas invisibles de un país marcado por la represión y el miedo.
La trama comienza cuando Eghbal, un hombre que conduce de noche junto a su esposa e hija, atropella accidentalmente a un perro. El impacto daña gravemente el motor del coche y lo obliga a detenerse en un taller cercano. Allí conoce a Vahid, un ex prisionero político que, al escuchar el chirrido característico de la pierna ortopédica de Eghbal, cree reconocerlo como el oficial de inteligencia que lo torturó años atrás en prisión. Convencido de haber encontrado al responsable de su sufrimiento, Vahid decide seguirle la pista.
El supuesto torturador es secuestrado por Vahid y llevado al desierto, donde el antiguo prisionero planea enterrarlo vivo. Sin embargo, la duda se instala pronto: Vahid nunca vio el rostro de su agresor, pues durante los interrogatorios permanecía vendado. Para esclarecer la verdad, contacta a otros ex prisioneros —el librero Salar, la fotógrafa de bodas Shiva, la novia Goli, el novio Ali y el obrero Hamid—, todos marcados por el dolor de sus propias experiencias. Juntos emprenden un viaje en furgoneta que combina el peso del pasado con la incertidumbre del presente.
Durante el trayecto, los personajes debaten sobre la legitimidad del castigo, el valor del perdón y la necesidad de certeza antes de actuar. Cada conversación revela una herida colectiva, una memoria compartida por quienes fueron víctimas del régimen iraní. La tensión se acumula entre la rabia, la duda y la desesperanza, convirtiendo el viaje en una búsqueda de redención más que en un acto de venganza.
La película se configura como una road movie amarga que recorre las calles de Teherán y los paisajes desérticos de Irán. Panahi introduce pinceladas de humor negro para suavizar la dureza de la historia, sin perder de vista el trasfondo político que ha definido su carrera. Un simple accidente no solo narra una persecución personal, sino también el intento de un país por reconciliarse con su pasado reciente.
El estreno de Un simple accidente en España está previsto para el 17 de octubre, tras su paso por festivales internacionales como San Sebastián, donde fue incluida en la sección Perlas, y su elección por Francia para representar al país en los Premios Óscar 2026 en la categoría de mejor película internacional. @mundiario