
sábado 18 de octubre de 2025
En Parking (2025), Agustín Rolandelli vuelve a explorar espacios reducidos después de Weekend (2024). La historia transcurre casi íntegramente en un estacionamiento del microcentro porteño, donde Mateo (Marc Clotet), un hacker con prisión domiciliaria, comienza su primer día de trabajo. Allí conoce a Lara (Eugenia Suárez), una mujer misteriosa que alquila una estadía nocturna justo antes de que un joven armado irrumpa en el lugar. Lo que empieza como una rutina se transforma en una huida contrarreloj entre rampas, escaleras y pasillos.
El planteo —una historia en tiempo real dentro de un solo espacio— podría haber derivado en un thriller de precisión, pero las vueltas de guion inverosímiles y los climas mal dosificados rompen cualquier intento de tensión. Rolandelli, junto a Luciano Leyrado (coautor del guion), confía demasiado en la estructura de encierro, pero descuida la progresión dramática. Lo que empieza con ritmo termina en un ejercicio repetitivo donde el movimiento físico no traduce conflicto interno.
Eugenia Suárez no encuentra el tono. Su interpretación, cargada de gestos amplificados, bordea la parodia involuntaria y deja al espectador entre la incredulidad y el desconcierto. Marc Clotet intenta sostener la historia con sobriedad, aunque el desbalance con su compañera reduce la tensión de la dupla. Ni los secundarios —Juan Leyrado, Rafael Spregelburd, Diego De Paula— logran imprimir un pulso que rompa la inercia general.
Filmada en un 95% dentro de una única locación, Parking se apoya en la estética indie del cine norteamericano, pero sin su ironía ni su timing. Rolandelli maneja bien la geografía del espacio, aunque no consigue traducirla en tensión. El resultado es una película que parece moverse, pero nunca avanza: un simulacro de fuga que se queda en punto muerto.