
Carrie es la película de terror y drama adolescente de 2013, dirigida por Kimberly Peirce y basada en la novela homónima de Stephen King, que ya había sido adaptada en el clásico de 1976. Esta versión presenta a Chloë Grace Moretz como Carrie White y a Julianne Moore como su madre, Margaret White.
La película narra la historia de Carrie, una joven tímida y marginada en el instituto, que vive atormentada por el constante bullying de sus compañeros y por la tiranía psicológica de su madre, una fanática religiosa que la educa en la culpa y la perversidad.
El baile de graduación y el caos
Carrie pronto descubre que posee poderes telequinéticos: la habilidad de mover objetos con la mente, una maldición que se manifiesta con fuerza cuando es dominada por la ira.
El clímax de la historia llega durante el baile de graduación. Tras una triquiñuela orquestada por la bully Chris Hargensen (Portia Doubleday), Carrie es humillada públicamente al ser bañada en sangre de cerdo frente a todos sus compañeros. Llevada al límite, su ira desata un violento caos telequinético que destruye el gimnasio de la escuela y, finalmente, parte de su pequeño pueblo.
La película fue elogiada por la actuación de Julianne Moore, quien evitó caer en la sobreactuación de la versión anterior, ofreciendo una interpretación más sobria y verosímil de la madre trastornada. Si bien no arriesgó en el argumento, la versión de 2013 fue un éxito de taquilla, recaudando $85 millones con un presupuesto de $30 millones.