
Un cabo suelto combina elementos de comedia, suspense y road-movie, ofreciendo un retrato de la vida en carretera y la interacción con personajes locales mientras el protagonista intenta reconstruir su existencia.
Santiago Pallares, interpretado por Sergio Prina, es un cabo de la policía argentina que, tras presenciar un acto ilícito de sus compañeros, se convierte en objeto de persecución. Huyendo de sus colegas, cruza la frontera hacia Uruguay, utilizando su uniforme para pasar desapercibido mientras inspecciona puestos de comida regional y prueba lácteos y embutidos para sobrevivir. Sin dinero ni hospedaje, Santiago se adapta a su nuevo entorno gracias a la astucia y empatía que despierta en los lugareños que encuentra en su camino, quienes contribuyen a que intente forjar una nueva vida e incluso se acerque al amor de su vida.
La película se estructura principalmente como un viaje por carretera, con escenas que transcurren en gasolineras, pasos fronterizos y pueblos pequeños, lo que le otorga un aire de road-movie con toques de humor que rompen la tensión en algunos momentos. Este enfoque permite observar la interacción del protagonista con distintos personajes locales, interpretados por un reparto secundario que incluye a Pilar Gamboa, Alberto Wolf y Néstor Guzzini. La trama se centra en la dificultad de Santiago por desvincularse de una situación injusta y la manera en que su vida se ve trastocada por el deseo de sus antiguos compañeros de eliminar cualquier testigo incómodo.
Un cabo suelto oscila entre varios géneros, combinando la tragicomedia, el thriller policial y el retrato social. Aunque esta indefinición de género puede diluir el impacto dramático, permite explorar diferentes registros narrativos, desde el humor hasta la tensión por la persecución y la incertidumbre de cada paso del protagonista. La historia presenta a Santiago como un hombre que debe aprender a desenvolverse en un territorio desconocido, lidiar con la precariedad y buscar apoyos en la comunidad que lo rodea.
El filme, escrito y dirigido por Daniel Hendler, se presentó en la Sección Spotlight de la 82ª Mostra de Venecia el pasado 3 de septiembre y también formó parte de Horizontes Latinos en el Festival de San Sebastián, donde recibió reconocimiento por su participación en la Mención Especial de la sección WIP Latam. La película combina elementos de comedia romántica, western y suspense policial, manteniendo un equilibrio entre la tensión del protagonista y los momentos de ligereza que surgen durante su recorrido por Uruguay.
Un cabo suelto se estrenará en salas de cine españolas el 17 de octubre, ofreciendo a la audiencia una experiencia que combina el humor, la tensión y la reflexión sobre la moralidad y la justicia desde la perspectiva de un hombre atrapado en circunstancias que escapan a su control. @mundiario