
El nuevo Informe Anual del Sector Audiovisual en España 2025, publicado por Spain Audiovisual Hub y analizado por CineyTele PRO, ha dejado una sensación agridulce en la industria. Aunque los titulares celebran el crecimiento del sector y la recuperación tras la pandemia, un examen más detallado revela una realidad menos optimista: la taquilla crece sin más público, los rodajes se multiplican sin distribución y los beneficios caen a mínimos históricos.
Según el informe, la recaudación en salas españolas aumentó casi un 90% en los últimos tres años, pasando de 251,9 millones de euros en 2021 a 484,6 millones en 2024. Pero el análisis de CineyTele PRO pone el dedo en la llaga: el incremento no se debe a un mayor número de espectadores, sino al encarecimiento del precio medio de las entradas.
Pese a los buenos datos en facturación, los beneficios de las empresas exhibidoras han caído drásticamente por los costes energéticos, laborales y logísticos. En otras palabras, el público sigue siendo menor que antes de la pandemia, y las salas ganan menos que nunca.
Más películas que nunca… pero invisibles
El informe celebra que España haya producido 376 largometrajes en 2024, entre títulos nacionales y coproducciones. Sin embargo, detrás de ese dato optimista se esconde un problema de fondo: una gran parte de esas películas nunca llega a estrenarse comercialmente.
CineyTele PRO advierte que muchos productores logran beneficios únicamente a través de incentivos fiscales y deducciones, lo que ha convertido la producción cinematográfica en una especie de “ingeniería fiscal rentable” más que en una industria sostenible. El resultado: un exceso de películas con presupuestos mínimos y escaso recorrido en taquilla o plataformas. El medio subraya además que el presupuesto medio por película en España sigue siendo de los más bajos de la Unión Europea, lo que limita la calidad técnica, la proyección internacional y la rentabilidad a largo plazo.
Otro de los puntos polémicos del informe es el supuesto aumento del empleo en el sector audiovisual. Si bien los datos oficiales indican un crecimiento, el análisis revela que la mayoría de los nuevos puestos se concentran en empresas de servicios que trabajan para producciones internacionales.
Estas compañías se benefician del auge del modelo “service”: rodajes extranjeros atraídos por los incentivos fiscales españoles. Pero cuando la producción termina, el beneficio real se marcha del país junto con los productores, dejando poco valor añadido más allá del gasto inmediato durante el rodaje. El estudio de PROFILM confirma que, aunque estos rodajes generan un retorno económico local de hasta nueve euros por cada euro invertido, el modelo está empezando a mostrar signos de saturación.
Exportación: el gran vacío del informe
Uno de los aspectos más criticados por CineyTele PRO es la ausencia de datos sobre exportación audiovisual. El documento no detalla cuántas películas, series o producciones españolas logran cruzar fronteras, ni el peso real de la industria nacional en los mercados internacionales.
Esta carencia es especialmente relevante porque la internacionalización es clave para la rentabilidad futura del sector. Sin cifras de exportación, resulta difícil medir el impacto real del audiovisual español más allá de los rodajes en territorio nacional.
Otro dato que ha generado incredulidad es la cifra de 45.000 empresas vinculadas al cine publicitario. CineyTele PRO cuestiona abiertamente esa estimación y pide una revisión metodológica urgente: “Por favor, que alguien nos explique de dónde salen”. También se plantea que estas cifras infladas reflejan una necesidad urgente de transparencia estadística y una metodología más rigurosa para evitar lecturas erróneas del estado real del sector.
¿Más cine o mejor cine?
El informe 2025 confirma que España vive un momento de expansión audiovisual: más rodajes, más inversión extranjera, más formación técnica. Pero también deja claro que el reto del futuro no es producir más, sino producir mejor.
Si el país quiere consolidarse como potencia audiovisual, deberá apostar por presupuestos más sólidos, estrategias de distribución efectivas y una política clara de exportación cultural. De lo contrario, el cine español corre el riesgo de convertirse en un gigante con pies de barro: una industria que produce mucho, pero que ve poco retorno real. @mundiario