
La revolución tecnológica no solo está cambiando lo que vemos en pantalla, sino también quiénes están detrás de ella. En España, el último Informe del Sector Audiovisual 2025 del Spain Audiovisual Hub confirma una tendencia clara: la digitalización está creando una nueva generación de profesionales, desde artistas 3D y especialistas en VFX hasta programadores de entornos inmersivos.
El sector audiovisual español ha experimentado un crecimiento del 93 % en el empleo desde 2020, pasando de unos 32.000 trabajadores a más de 62.000 a finales de 2023, según el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Sin embargo, el informe advierte que el auge del empleo no viene tanto de la producción tradicional, sino de la expansión de empresas de servicios, plataformas y tecnología aplicada al audiovisual.
El Spain Audiovisual Hub señala que el 75 % de las empresas del sector prevé incorporar nuevos perfiles digitales en los próximos dos años, especialmente en áreas de animación, programación, desarrollo de entornos XR (realidad extendida) y gestión de datos creativos.
De acuerdo con el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), los perfiles más demandados en 2024 fueron los relacionados con efectos visuales, arte digital, postproducción avanzada y programación para contenido interactivo. En su informe El mercado de trabajo del sector audiovisual en España 2024, el SEPE destaca que las empresas buscan “profesionales que combinen la sensibilidad artística con competencias tecnológicas”.
Entre los nuevos empleos en auge destacan los técnicos en VFX y animación 3D, los diseñadores de entornos virtuales para rodajes LED y producciones híbridas, los guionistas transmedia y productores de contenido inmersivo, y los analistas de datos creativos y gestores de derechos digitales. El estudio de PwC Empleos del futuro en el sector audiovisual coincide en que el mayor dinamismo laboral vendrá del contenido digital interactivo, la animación y la gestión de plataformas OTT.
El crecimiento del empleo audiovisual no se distribuye de forma homogénea. Madrid concentra el 31,5 % de los puestos del sector, seguida de Cataluña con el 25 %, según Randstad Research. En el País Vasco, el informe Bilbao Ekintza 2024 revela que el empleo en el audiovisual creció un 50,5 % en la última década, con más de 1.900 personas afiliadas solo en Bizkaia.
Aunque el panorama parece optimista, el modelo laboral del audiovisual sigue siendo altamente inestable. La mayoría de los nuevos profesionales trabajan bajo régimen freelance o por proyecto, sin garantías de continuidad. Además, según el Observatorio de las Ocupaciones del SEPE, solo el 30 % de los contratos supera los seis meses de duración, y el 60 % corresponde a trabajos temporales vinculados a rodajes o campañas específicas.
Otro reto pendiente es la brecha de género: los informes de 2024 del Instituto Autor y la Academia de Cine advierten que las mujeres siguen siendo minoría en áreas técnicas y de liderazgo, pese al crecimiento global del empleo.
Para responder a esta demanda, escuelas como ESCAC, U-TAD o Barreira A+D han incorporado programas específicos en inteligencia artificial, realidad aumentada y narrativas digitales. El reto, según el SEPE, es doble: formar nuevos talentos y reconvertir los perfiles tradicionales, como técnicos de cámara o montadores, hacia entornos digitales.
España se perfila como uno de los polos audiovisuales más dinámicos de Europa, pero la transformación tecnológica plantea un dilema de fondo: cómo equilibrar innovación y estabilidad laboral. El audiovisual español se enfrenta a su propia revolución industrial, una donde la creatividad y la tecnología deberán convivir si quiere mantener su crecimiento sin perder su identidad. @mundiario