
lunes 06 de octubre de 2025
En Animal (Netflix, 2025), Víctor García León construye una comedia satírica que examina la delgada frontera entre el instinto y la civilización. A lo largo de nueve episodios, la serie se desarrolla en Topomorto, un pueblo ficticio de Galicia donde lo humano y lo animal conviven en permanente tensión. Con guion coescrito junto a Alberto de Toro, el director vuelve a servirse del humor como herramienta para observar las contradicciones del presente y la ilusión de una modernidad que busca domesticar lo indomable.
El relato sigue a Antón (Luis Zahera), un veterinario rural que, ante la crisis del campo, se traslada a la ciudad y termina trabajando en una tienda de mascotas administrada por su sobrina Uxía (Lucía Caraballo). Ese desplazamiento, más que un cambio de escenario, funciona como una metáfora de un país que abandona sus raíces para adaptarse a un modo de vida urbano donde los afectos se compran y se venden. En este tránsito, la serie contrapone dos visiones: la del mundo rural que resiste y la de una sociedad urbana que transforma el cuidado animal en consumo emocional.
A través de esa convivencia forzada, Animal muestra cómo la domesticación de los animales responde a las necesidades humanas. Las mascotas son moldeadas para calmar ansiedades o reforzar vínculos de pertenencia, y ese mismo impulso se refleja en la conducta de los personajes, también adiestrados por las normas sociales, la burocracia y el mercado. Lo animal se convierte así en un espejo donde se refleja una humanidad sometida a sus propias reglas de control.
Lejos de la caricatura, García León incorpora un subtexto político y social que atraviesa toda la narración. La precarización del trabajo rural, la desprotección institucional y la pérdida del sentido comunitario construyen un paisaje moral en el que Antón intenta sostener su lugar. El humor, en ese contexto, opera como una máscara que revela la erosión de un modo de vida y la fragilidad de los valores que lo sustentan.
En clave de comedia, García León filma una fábula sobre la pérdida del instinto, la docilidad como mandato y la dificultad de reconocernos dentro del mismo ecosistema. Animal muestra que si la civilización se construyó sobre la idea de dominar lo salvaje, ese intento de control terminó por despojarnos de lo esencial: la posibilidad de convivir sin necesidad de domesticarnos mutuamente.