
Adorable sigue la historia de María, una mujer que intenta equilibrar la crianza de cuatro hijos con una carrera profesional exigente mientras su segundo marido,Sigmund, viaja continuamente por motivos laborales.
La narrativa se centra en los desafíos diarios de María cuando, tras una discusión, su pareja le comunica su intención de divorciarse, obligándola a enfrentar sus miedos, sus inseguridades y la necesidad de aprender a aceptarse. La película, rodada con un estilo que combina cámara al hombro y planos fijos, refleja el mundo interior de María: los primeros se utilizan cuando su vida emocional se desborda, y los segundos cuando encuentra un breve equilibrio.
Desde las primeras escenas, la cámara captura la inestabilidad y la intensidad de su experiencia. La historia comienza con un encuentro entre María y Sigmund en una fiesta, donde la conexión inmediata entre ambos da paso a una relación que, siete años después, evidencia tensiones profundas. La ausencia frecuente de Sigmund por trabajo deja a María sola frente a sus responsabilidades, incluidos los hijos de su matrimonio anterior, generando un contexto de agotamiento físico y emocional. La relación se deteriora en un enfrentamiento donde los reproches y la falta de apoyo mutuo alcanzan su punto máximo, reflejando la presión de combinar maternidad, carrera y vida personal.
La película también examina la relación de María con su hija, que atraviesa sus propias contradicciones adolescentes, y con su exmarido, cuya paternidad distante actúa como espejo de la confusión y frustración de María. Lilja Ingolfsdottir utiliza reflejos en objetos cotidianos, baños y ventanas como metáforas del dolor y el deseo de la protagonista por verse y entenderse a sí misma. Este recurso visual refuerza la sensación de vulnerabilidad y búsqueda de equilibrio emocional que atraviesa la historia.
El final de la película ofrece un cierre contenido pero catártico. María se mira al espejo y rompe la cuarta pared, estableciendo una conexión directa con el espectador. Este momento simboliza el reconocimiento de su necesidad de amor propio y aceptación, así como la comprensión de que no es una mala persona, sino alguien que empieza a aprender a tratarse bien.
Adorable combina una narración íntima con una propuesta cinematográfica que hace que la forma de filmar responda al contenido emocional, ofreciendo un retrato honesto y profundo de los retos y contradicciones de la vida contemporánea de una mujer. @mundiario