
domingo 05 de octubre de 2025
En Under the Volcano (Pod wulkanem, 2024), Damian Kocur convierte un escenario de vacaciones en un espacio de extrañamiento. Una familia ucraniana, retenida en Tenerife tras la invasión rusa, experimenta el desconcierto de una guerra vista a través del teléfono. No hay estallido, solo un silencio incómodo: el de quienes contemplan la catástrofe desde la seguridad. El film se sitúa en el límite entre la indiferencia y la culpa, donde la empatía se revela como una forma de resistencia pasiva.
Kocur elige el tiempo muerto como estructura narrativa. La acción se diluye en conversaciones dispersas, rutinas hoteleras y miradas que eluden la realidad. El conflicto no se muestra: se insinúa en la espera, en el desgaste de los vínculos, en la imposibilidad de regresar. El cineasta polaco evita el drama bélico directo y se centra en la parálisis emocional de una clase media europea confrontada con su propio privilegio.
La presencia de una familia rusa en el mismo hotel funciona como un espejo incómodo: dos bandos que comparten el mismo sol, pero no el mismo horizonte. La guerra se filtra por contraste, no por confrontación. En esa convivencia forzada se construye un retrato de Europa como espacio de convivencia quebrada, donde la distancia moral se mide en metros de playa.
Kocur se distancia de la épica y apuesta por la observación. La película no busca conmover, sino exponer la fragilidad del confort cuando la historia irrumpe. En ese sentido, Under the Volcano interroga la pasividad ante el desastre, un territorio donde la ética se confunde con la rutina. El volcán del título no estalla: permanece latente, como el reflejo de una Europa inmóvil ante lo que ve venir.