
La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España confirmó este viernes el fallecimiento del actor Javier Manrique, a los 56 años. Con una carrera que abarcó cine, televisión y teatro, Manrique dejó huella por su versatilidad y por ser un colaborador frecuente de directores como Álex de la Iglesia.
Nacido en Lima en 1968, Manrique desarrolló casi toda su carrera en España. Su debut cinematográfico llegó en 1994 con Todo es mentira, dirigida por Álvaro Fernández Armero y protagonizada por Penélope Cruz y Coque Malla. Al año siguiente formó parte de El día de la bestia, la película de culto de Álex de la Iglesia que marcó un antes y un después en el cine fantástico español.
A lo largo de más de tres décadas, Manrique participó en películas tan diversas como Así en el cielo como en la tierra, Más que amor, frenesí, Las brujas de Zugarramurdi o Mi gran noche. En televisión, fue un rostro habitual en ficciones populares de los noventa y dos mil, como A las once en casa, Hospital Central, Este es mi barrio, La casa de los líos y especialmente Camera Café, donde dio vida a Lorenzo, uno de los personajes más recordados de la serie.
Antes de su muerte, estaba alejado de los reflectores pero cerca del espectáculo
Además de su faceta como intérprete, en los últimos años compaginó su carrera con la representación artística a través de su agencia Manrique Management, donde impulsaba a nuevos talentos y ofrecía formación a jóvenes interesados en el mundo audiovisual.
Su último trabajo registrado fue el cortometraje El camino de la totalidad (2018), dirigido por Al Palacios, en el que compartió pantalla con Juana Acosta, Irene Ruiz y Paloma Bloyd.
El fallecimiento de Manrique ha generado consternación en el mundo cultural. La dramaturga Aitana Galán lo recordó como “un actor inmenso y un ser humano especial, como lo son los grandes”. Por su parte, la actriz Mariola Fuentes expresó: “¡Qué pena más grande! Te recuerdo cantando ‘Ligia Elena’, de Rubén Blades. Te echaré de menos compañero”.
La muerte de Javier Manrique deja un vacío en el cine español. Su legado permanece en más de treinta títulos, en personajes que supieron moverse entre la comedia y el drama, y en una carrera marcada por la pasión de un actor que nunca dejó de reinventarse. @mundiario