
El Observatorio Europeo del Audiovisual (EAO), adscrito al Consejo de Europa, publicó un informe clave sobre la situación social y profesional de los artistas y creativos en Europa. El estudio, titulado (en inglés) The Status of Artists and Cultural and Creative Professionals in Europe: Social Rights and Circulation, analiza las condiciones laborales, los marcos legales, la movilidad transfronteriza y los retos de un sector que emplea a 7,7 millones de personas, es decir, el 3,8 % del total de la UE.
Más de la mitad de los trabajadores en el arte no viven realmente de su trabajo
El informe revela una fuerte precariedad estructural: uno de cada tres profesionales culturales trabaja como autónomo (el doble de la media europea), el 68 % compagina varios empleos y más de un tercio debe buscar ingresos fuera del sector. Además, los creadores audiovisuales, como directores y guionistas, atraviesan largos periodos sin trabajo remunerado, y el 53 % desarrolla actividad transfronteriza enfrentando barreras fiscales y de seguridad social.
Definir legalmente quién es “artista” sigue siendo un reto, pues las clasificaciones varían entre países y organismos internacionales. Esto repercute en la falta de protección social, en la movilidad laboral y en la sostenibilidad de las carreras artísticas. Aunque existen marcos internacionales de la UNESCO, la OIT o el Consejo de Europa, muchas normativas aún no se adaptan a la realidad de los trabajadores autónomos y por proyectos.
Algunos países europeos han implementado modelos avanzados: Alemania con su fondo de seguro social para artistas (KSK), Francia con los intermittents du spectacle, Bélgica con sistemas de reconocimiento profesional o España con el Estatuto del Artista aprobado en 2022. Estos esquemas buscan garantizar mayor estabilidad y protección, aunque la fragmentación normativa persiste.
La Unión Europea también ha impulsado medidas, como la Directiva sobre Trabajo en Plataformas (2024/2831) y resoluciones del Parlamento Europeo (2021 y 2023) que abogan por un “estatus europeo del artista”. Sin embargo, los desafíos continúan en ámbitos como el falso autoempleo, la complejidad tributaria y los vacíos de protección en pensiones o salud.
El estudio también subraya la necesidad de avanzar hacia políticas coordinadas que garanticen la portabilidad de derechos sociales, la negociación colectiva de los autónomos y la adaptación a nuevos retos como la digitalización y la irrupción de la inteligencia artificial en los procesos creativos, lo cual puede poner aún más en riesgo el trabajo creativo si no se actualiza la legislación. @mundiario