
El debate sobre la Inteligencia Artificial (IA) en la industria del entretenimiento sigue escalando. Tras la creación de la actriz generada por computadora Tilly Norwood, la controversia ha trascendido el Atlántico. El sindicato de actores del Reino Unido, Equity, se ha unido al coro de críticas que condenan la iniciativa, cuestionando la ética detrás de su creación y el material de origen utilizado.
A principios de semana, el sindicato estadounidense SAG-AFTRA intervino en la polémica después de que la creadora de Norwood, Eline Van der Velden del equipo de producción de IA Particle6, afirmara que las agencias de talentos estaban interesadas en la «actriz». Van der Velden se vio obligada a defender el proyecto tras anunciar el lanzamiento del «primer estudio de talentos de IA del mundo», Xicoia, en el Festival de Cine de Zúrich, insistiendo en que Norwood «no es un reemplazo para un ser humano».
SAG-AFTRA ya había dejado clara su postura en un comunicado: «El sindicato se opone al reemplazo de artistas humanos por sintéticos. Para ser claros, ‘Tilly Norwood’ no es un actor, es un personaje generado por un programa de computadora que fue entrenado en el trabajo de innumerables artistas profesionales, sin permiso ni compensación. No resuelve ningún ‘problema’, crea el problema de usar actuaciones robadas para dejar a los actores sin trabajo».
«Una herramienta de IA, no una intérprete»
Ahora, los ejecutivos del sindicato británico Equity han reforzado la postura, arrojando dudas sobre el origen del material que se utilizó para construir a Norwood. «Tilly no es actriz. Ella es una herramienta de IA. O es una herramienta de IA. Eso no es un artista», dijo la organizadora de audio y nuevos medios de la compañía, Shannon Sail, a Radio 4 de la BBC. La preocupación central reside en que esta herramienta se compone del trabajo de artistas «y nos preocupa de dónde proviene ese trabajo, y si se le ha dado el consentimiento para ser utilizado de esa manera».
En la misma línea, el secretario general de Equity, Paul Fleming, dijo a Sky News que la creación de Norwood está «fundamentalmente desconectada del trabajo de la actuación, el oficio de actuar, pero también el alma de un ser humano». Fleming también destacó la dificultad de rastrear los datos originales en esta etapa de la tecnología, señalando que «la fuente original se vuelve cada vez más confusa», un problema que debería preocupar a todos los espectadores y trabajadores del sector.
El sindicato británico ha manifestado su intención de explorar el uso de las regulaciones de protección de datos GDPR para «exigir a las empresas que averigüen de dónde provienen los datos que ingresan a estas criaturas para asegurarse de que no haya un abuso del trabajo de nuestros miembros». Equity también publicó una declaración oficial en su sitio web exigiendo estándares mínimos de consentimiento y compensación en relación con el uso de IA en la industria del cine y la televisión, recalcando que «los avances tecnológicos no deben producirse a expensas de aquellos que dan vida al arte».
La irrupción de Tilly Norwood se ha convertido en un emblema del miedo que acecha a Hollywood, un tema que estuvo en el centro de las huelgas de SAG-AFTRA de 2023. Actrices de renombre como Emily Blunt, Toni Colette, Melissa Barrera, Natasha Lyonne y Whoopi Goldberg han deplorado la noticia de que Norwood haya podido firmar con una agencia de talentos. Por su parte, Van der Velden defendió su proyecto en redes sociales argumentando que la IA es solo «una nueva herramienta, un nuevo pincel», y que la creación de Tilly ha sido «un acto de imaginación y artesanía», similar a la animación o el CGI, no un reemplazo para la actuación humana.