
jueves 02 de octubre de 2025
En los últimos años, el trap argentino dejó de ser un fenómeno de plazas para convertirse en un movimiento capaz de llenar estadios y proyectarse al mundo. En ese recorrido, DUKI se consolidó como una de sus figuras más representativas. Esa trayectoria encuentra en Rockstar: DUKI desde el fin del mundo (Netflix, 2025) un relato que combina intimidad y épica generacional.
Dirigido por Alejandro Hartmann ((Los hermanos Menendez, El fotógrafo y el cartero: El crimen de Cabezas, Carmel: ¿Quién mató a María Marta), el rockumental se organiza como una cuenta regresiva hacia los conciertos en River Plate de diciembre de 2023. El recurso imprime tensión y convierte el show en metáfora del pasaje de Mauro Lombardo a DUKI, del ámbito íntimo a la consagración masiva. La puesta en escena refuerza esa idea mediante contrastes: primeros planos en momentos privados frente a planos abiertos en el estadio colmado.
El film enlaza el presente con los orígenes: de las rimas en El Quinto Escalón, mito fundacional ya clausurado, a la creación de Modo Diablo, colectivo que marcó el inicio del trap argentino. Ese repaso no aparece como gesto nostálgico, sino como parte de un proceso en curso que explica el lugar que DUKI ocupa hoy en la escena musical.
Los testimonios de Bizarrap, Nicki Nicole, Emilia Mernes, YSY A, Neo Pistea y la familia suman matices y amplían la lectura: lo que podría leerse como la simple biografía de un músico se transforma en el retrato colectivo de una generación que redefinió la música urbana en Argentina.
Uno de los núcleos de la película es la tensión entre Mauro y DUKI. El primero aparece en la intimidad del estudio, la ruta o el entorno familiar; el segundo como figura pública que moviliza multitudes. Hartmann explora esa dualidad mediante un montaje que yuxtapone lo cercano y lo monumental, planteando preguntas sobre identidad y transformación.
Más que un legado consolidado, el documental registra un presente en construcción: un artista en plena mutación y una escena que se legitima en tiempo real. Rockstar: DUKI desde el fin del mundo no ofrece la comodidad del recuerdo, sino la intensidad de lo que aún está por escribirse.