
Doctor Strange (2016), dirigida por Scott Derrickson y producida por Marvel Studios, es la introducción al poderoso hechicero del Universo Cinematográfico Marvel (UCM). La historia sigue al arrogante cirujano Stephen Strange, interpretado por Benedict Cumberbatch, quien tras un trágico accidente que arruina sus manos, se embarca en un viaje de sanación que lo llevará a descubrir la magia y realidades alternativas.
Tras buscar métodos de curación convencionales, Strange encuentra el Santuario Kamar-Taj y a su mentor, el Anciano (Tilda Swinton), quien le enseña a manipular las fuerzas místicas. A lo largo de su entrenamiento, Strange confronta la codicia y el poder del aprendiz Kaecilius (Mads Mikkelsen), que amenaza con desatar el caos en el multiverso. La película destaca por sus impresionantes efectos visuales, que muestran dimensiones retorcidas y paisajes imposibles, aportando una identidad única dentro del UCM.
El multiverso y el estilo visual
Una de las principales innovaciones de Doctor Strange es su tratamiento del multiverso y la magia. Las secuencias en las que la realidad se pliega sobre sí misma, inspiradas en la obra de M.C. Escher, muestran el talento del equipo de efectos especiales y consolidan la película como un referente visual del cine de superhéroes. Además, la narrativa combina elementos místicos con acción intensa, permitiendo que Strange evolucione de un personaje arrogante a un protector responsable del multiverso.
El reparto incluye a Benedict Cumberbatch, Chiwetel Ejiofor como Mordo, Rachel McAdams como Christine Palmer y Benedict Wong como Wong, quienes aportan profundidad a los conflictos personales y místicos del héroe. La banda sonora de Michael Giacchino refuerza la atmósfera mágica y dramática del filme. Doctor Strange se convirtió en un éxito de taquilla, recaudando más de 677 millones de dólares a nivel mundial, y sirvió como punto de partida para futuras entregas del personaje en el UCM.