
miércoles 01 de octubre de 2025
French Lover (2025), producción francesa de Netflix dirigida por Nina Rives y coescrita junto a Noémie Saglio y Hugo Gélin, adapta la serie israelí Ish Hashuv Me’od para retomar un terreno clásico: la relación entre un hombre célebre y una mujer común. Con Omar Sy y Sara Giraudeau en los roles centrales, la película se suma a la tradición de comedias románticas, al estilo de Un lugar llamado Notting Hill (Notting Hill, 1999), que indagan en la tensión entre la vida privada y la exposición pública.”
La historia sigue a Abel Camara (Sy), actor en plena crisis profesional, atrapado en una industria que lo encasilla como rostro publicitario más que como intérprete. En paralelo, Marion (Giraudeau), camarera que encadena empleos temporales tras un divorcio, intenta sostenerse en un mundo sin concesiones. El cruce entre ambos deriva en una relación que confronta el brillo del estrellato con las exigencias de la vida cotidiana.
La narración recurre a los códigos reconocibles del género —equívocos, tensiones familiares, desencuentros amorosos—, aunque el ritmo irregular y un metraje prolongado diluyen parte de su eficacia. Sin embargo, introduce un matiz singular: invierte las posiciones habituales. Abel, pese a su fama, se muestra incapaz de manejar lo cotidiano, mientras Marion despliega recursos que cuestionan esa asimetría. Así, la película plantea cómo se reconfiguran las jerarquías cuando la fama y el anonimato conviven en un mismo vínculo.
En el terreno interpretativo, Sy sostiene el relato con su carisma, aunque el guion le concede escaso margen de evolución. Giraudeau, en cambio, logra mayor solidez en los pasajes donde asume la iniciativa. La química entre ambos se mueve en un registro intermitente, con momentos de complicidad seguidos de discusiones reiteradas que entorpecen la progresión dramática.
Lejos de reinventar el género, French Lover confirma que la comedia romántica francesa todavía encuentra modos de dialogar con un público global. Su mayor aporte no reside en la originalidad, sino en la pregunta que instala: ¿es posible amar sin que la fama, las redes y los prejuicios conviertan ese vínculo en un espectáculo?