
domingo 28 de septiembre de 2025
Miss Carbón (2025) se sumerge en la vida de Carla Antonella Rodríguez, conocida como Carlita, una mujer trans que decidió desafiar los prejuicios de su entorno para trabajar en las entrañas de la tierra. Su historia trasciende la pantalla porque no es ficción: Carla fue la primera mujer minera en un pueblo de la Patagonia, donde convirtió la mina en su lugar de lucha y resistencia frente a una sociedad que todavía dudaba de aceptarla.
Lejos de una construcción romántica, el film dirigido por Agustina Macri (Soledad, 2018) retrata a una mujer que prefirió enfrentar la dureza del carbón antes que la hostilidad de una oficina. Con guion de Erika Halvorsen, la película refleja el esfuerzo de Carla por cumplir un sueño que desafiaba supersticiones y reglas tácitas: una mujer no podía bajar a la mina. Ella lo hizo, pico y pala en mano, cavando contra el peso de los mitos y contra la exclusión.
El gran acierto de la película está en el trabajo de Lux Pascal, quien debuta en un protagónico de cine interpretando a Carlita. Su actuación coloca al público en un espacio compartido de emociones: reír, llorar, estremecerse. Pascal logra transmitir la vulnerabilidad y la firmeza de un personaje atravesado por contradicciones internas y resistencias externas.
El elenco se completa con Romina Escobar y Paco León, que aportan matices a una trama donde la identidad de género se aborda con respeto y sin concesiones al estereotipo. Miss Carbón se inscribe así en una corriente de cine marginal y periférico que busca narrar historias reales de exclusión y perseverancia, mostrando que es posible hablar de diversidad desde un cine comprometido.
Más allá de su valor testimonial, la película funciona como un paradigma de oficio cinematográfico: una producción que sabe equilibrar lo íntimo con lo colectivo, lo personal con lo político, para dar forma a un relato que interpela al espectador desde la autenticidad.