E
l 9 de febrero de 1944 nació Parménides García Saldaña y 22 años después publicó su novela Pasto verde. La chaviza setentera lo conoció por sus crónicas alrededor del rock; son de mencionar la publicada en la revista Pop sobre la visita al DF de The Doors en junio 1969; otra es la del festival de Avándaro en Piedra Rodante, mientras sus libros Pasto verde, El rey criollo y En la ruta de la onda capturan atmósferas de su época. Ahora, vámonos a Tampico: el 24 de diciembre de 1950 nace Rodrigo Eduardo González Guzmán, quien a fines de los años 70 le llega al entonces DF. Empezó a rolar, guitarra en ristre, por calles y foros de la capirucha y entre los primeros en darse cuenta de su valía se cuentan Paul Leduc, José Agustín, Fabrizio León, Alejandro Lora, Rod Levario, Jorge Pantoja, José Luis Pluma. Ellos y otros más aceptaron que el Sacerdote Rupeste, al seguir la voz del profeta del Nopal, logró retratar al chilango en su esencia tan diversa pero neta, es decir, cómo los chilangos a las soledades negadas las volvemos canciones. Y quien nació, vivió y dijo adiós en la Ciudad de México fue Sergio García Michel, director de cine independiente, profesor y rocanrolero confeso. Sin duda, Sergio logró hacer un archivo con un pietaje extenso y valioso: va de Avándaro a una biografía inconclusa de Armando Palomas, pasando por los Rupestres, El Tri, Jessy Bulbo, et al. Los tres se despidieron un 19 de septiembre: Parme, en 1982; Rockdrigo en el 85 y Sergio en 2010. Esta gruexísima trinidad se conocieron entre sí.
Tres discos, tres generaciones: El Ritual, Isidoro Negrete y Exthron
Uno, El Ritual fue un grupo formado por Chalo, Martín, Lalo y Frankie en Tijuana; su consolidación se dio sobre todo por su participación en el festival Rock y Ruedas; ahora, en 2025, sale al público el disco El ritual en Avándaro con algunas de las canciones tocadas en aquel septiembre de 1971; rolas como Prostituta –Easy Woman pa’ la maestriza– Satanás, Muerto e ido y cuatro más, todas remasterizados y mejorados sonoramente.
Dos: Blues rock Diablo (Isidoro Negrete Blues Harmonica), disco que abre con el sonido de la armónica y la palabra “diablo” cobijada por acordes bluseros; en esta producción Isidoro se encarga de voz, guitarra y del instrumento protagonista: la armónica. No me trates así / dame un poco de tu amor, se escucha en ¿Qué es lo que pasó, nena?; en el blues está bien, las vueltas bluseras son un homenaje blusero hecho por Pablo Cáncer y Negrete. En total son 15 canciones impregnadas de blues.
Tres: Caminando bajo c ielos ennegrecidos es el disco debut de Exthron, banda de Mexicali, Baja California, que lanza nueve piezas saturadas –como debe ser– de black metal. Son nueve canciones con un sonido extraído del más duro y extremo sonido, conocido como greek metal; dos en inglés: In The Depths Of Hell y Nocturnal Cloud; en español, además de la que da nombre al disco, destaca Amanecer negro. Estos tres cedés rolan en los pasillos del Tianguis del Chopo.
PD: La convocatoria a institucionalizar el Día del Rock Mexicano en el Palacio Legislativo de Donceles mostró las diferentes actitudes negativas presentes en este género musical: oportunismo, desunión, interés personal, sometimiento, culto a la personalidad. Por fortuna, el rock mexicano ha sobrevivido a todo lo anterior con y por el aval de ejecutantes virtuosos, letristas excepcionales, grandes intérpretes y personas –chavas y chavos– generosas, inteligentes, contestatarias, pero muy chidas. Salú.