
Wayne Rooney, exfutbolista inglés del Manchester United, habló en una entrevista con Rio Ferdinand de sus problemas con el alcohol y admitió que sin la ayuda de su esposa, Coleen, estaría muerto.
Rooney, uno de los mejores jugadores de la historia de Inglaterra, reconoció que le gustaba salir y beber con sus amigos durante sus días como futbolista profesional, pero que llegó un punto que fue “demasiado lejos”.
Fue un momento de mi vida en el que lo estaba pasando muy mal. Pero no quería contárselo a nadie, no quería poner esa presión en nadie. Recuerdo que llegaba al entrenamiento, me ponía colirio y comía chicle porque venía de dos días de estar bebiendo seguidos. Entrenaba y en el fin de semana marcaba un par de goles y volvía a hacer lo mismo, salir dos días seguidos.
Preguntado sobre quién le ayudó a controlar eso, Rooney respondió que fue Coleen, su esposa, a la que conoció en la infancia y con la que se casó y tuvo hijos.
Me encantaba el futbol, pero también me gustaba salir. Ella lo vivió desde muy pronto y me intentaba controlar, bueno, no controlar, pero ayudarme mucho. Yo necesitaba que alguien me dirigiera. Si ella no hubiera estado ahí, estaría muerto.
“He cometido errores en el pasado, pero soy diferente y ella ha conseguido mantenerme en el buen camino durante veinte años”.
En el podcast de Ferdinand, ex jugador del Manchester United y la Selección de Inglaterra, Rooney también reconoció ser “muy inseguro” en muchas cosas y que es algo que solo su esposa lo sabe.
“Al final eres un ser humano. La gente te ve como un gran macho que lleva el número 10 en el Manchester United y que es el capitán de Inglaterra. Pero soy muy inseguro sobre muchas cosas. Por ejemplo, si me ves la semana que viene en la playa, estaré con la camiseta puesta y con una gorra. Incluso en mi época de jugador, no me quitaría la camiseta”.