
lunes 22 de septiembre de 2025
Dirigida por Asier Altuna y protagonizada por Eneko Sagardoy, Jone Laspiur y la ineludible Nagore Aranburu, Karmele (2025) transcurre entre el País Vasco, Francia y Venezuela, desde 1937 hasta la posguerra, y se basa en la novela La hora de despertarnos juntos de Kirmen Uribe.
La historia se inicia en el País Vasco. Karmele y su familia deben refugiarse en Francia tras ser expulsados de su hogar a causa de la guerra. Allí entra en contacto con la embajada cultural vasca en el exilio, que busca resistir a través de la música y la danza, y conoce a Txomin, un trompetista profesional del que se enamora. Tras un tiempo en Venezuela, la pareja regresa con la esperanza de recuperar lo que la guerra les arrebató.
Sin embargo, el film avanza con un ritmo lento, sostenido en un esfuerzo de ambientación que no siempre convence y con una factura irregular que afecta la credibilidad del relato. Eneko Sagardoy entrega una interpretación comprometida en el papel de Txomin —aprendió incluso a tocar la trompeta para dar vida a su personaje—, pero sus aportes resultan aislados. La relación con su compañera de elenco, que encarna a Karmele, carece de fuerza dramática, lo que lo deja prácticamente solo frente al peso narrativo.
El relato acumula incongruencias y exhibe las limitaciones de su producción: escenarios poco logrados, recreaciones que intentan representar a Venezuela sin éxito y un tono general que carece de intensidad. El intento de Altuna por abordar una superproducción parece haber desbordado los recursos disponibles, dejando un resultado inconsistente, al que le falta atmósfera y verosimilitud.
Karmele arranca con ímpetu, pero a medida que avanza pierde cohesión y termina diluyéndose. Tal vez un planteo más austero hubiera funcionado mejor, como lo demostró Agustí Villaronga con relatos contenidos capaces de generar atmósferas intensas con recursos mínimos. Aquí, la ilusión y el esfuerzo no alcanzan: la apuesta fue grande, pero la ganancia es nula.