A
lguien preguntaba: “¿Por qué comprender lleva a apoderarse? ¿Por qué, en el caso de la Conquista de México, esa mejor percepción del prójimo se puso al servicio de su destrucción?” Luego de 300 años de imposiciones político-religiosas algunos criollos y mestizos de la llamada Nueva España consideraron que, además de burocracias y devociones virreinales, se requerían cambios sociales y económicos favorables a una inmensa población hambrienta.
Fusilados y decapitados los iniciadores de la Independencia, surge el talentoso liderazgo de Morelos, Matamoros, los Bravo y los Galeana, el Congreso de Chilpancingo y la Constitución de Apatzingán de 1814, más muertes y la consumación en 1821, sin que la nueva nación independiente logre sacudirse las estructuras semifeudal y semicolonial. Y luego dictaduras y el Movimiento de Reforma y sus esclarecidas leyes, y el porfiriato y la revolución, que pronto se institucionaliza, sin mayores cambios en la estructura económica y social del país, incluida la aporreada Constitución de 1917, hasta nuestros días. A 158 años del fusilamiento de Maximiliano, invitado por los conservadores “a gobernar México como Dios manda”, el conservadurismo y la ultraderecha, el feudalismo y el colonialismo continúan vigentes por estas tierras.
Dos botones dos de lo antes dicho, a cargo de un taurineo sin propósito de enmienda, sino con renovados bríos por seguir apostando por lo de afuera, “para que hagan el toreo como Dios manda”, en grotesca réplica de los que trajeron a Maximiliano. Leo que la Corrida de la Insurgencia es una producción taurina temática que busca trasladar al aficionado a un acontecimiento histórico: el primer movimiento insurgente en nuestro país. No te pierdas este concepto artístico único en el continente el 14 de septiembre a las 18:30 horas en la Plaza de toros San Marcos, de Aguascalientes.
Iba a ir, pero en cuanto me enteré de que el cartel lo encabezaba el diestro español Antonio Ferrera, sacudiendo la cabeza me abstuve pues “el traslado al acontecimiento histórico” incluía una incursión entre el represor Calleja, Hidalgo y Allende. Además, esta Corrida de la Insurgencia a beneficio del DIF estatal incluía, por el mismo precio, a la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes en lugar de a la Banda Municipal, el aria Nessun Dorma de la ópera Turandot, del italiano Giacomo Puccini, interpretada por el tenor Kassem Liévanos en caso, y sólo en caso, de que una faena alcanzara la excelsitud de tamaña aria. El cartel lo completaban los aguascalentenses Diego Sánchez y Héctor Gutiérrez, para enfrentar un arrogante encierro de Santa Inés.
¿El triunfador de la insurgente corrida-velada musical? Pues Calleja, quiero decir, Ferrera, quien se llevó el mejor toro y que aún con los puntos de la reciente cornada en Bayona, Francia, salió dispuesto a complacer al cosmopolita, ni modo que nacionalista, público que abarrotó el legendario coso. Y como entre los patrocinadores del evento estaba Espectáculos Monterrey, EMSA, empresa que gestiona las principales plazas del país, pues a meter a Ferrera, con apenas 47 años de edad y 28 de alternativa y otro consentido de la autorregulada empresa quien, a propósito de insurgencias, dependencias y desvergüenzas, postrada de nuevo ante toreros extranjeros que garanticen (¿?), acaba de firmarle una exclusiva de 20 corridas al joven español Marco Pérez, desconocido en México, con la intención de posicionarlo en las plazas más importantes del país. Anteriormente otorgó exclusivas a Hermoso, Talavante, Morante y otros antes. Con estos criterios extranjerizantes no se blinda a la fiesta brava de México, se la disminuye más.