
La actuación es una obsesión que va más allá de la vida ordinaria, dice Joaquín Cosío
v El actor durante la clase magistral “Actuar o morir” que ofreció en el Centro Universitario de la Costa.Foto cortesía de los organizadores
Jorge Caballero
Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 20 de septiembre de 2025, p. 7
Puerto Vallarta, Jal., Por un momento el actor Joaquín Cosío heló los sueños de los jóvenes vallartenses con su respuesta al dar un consejo para los actores emergentes: “¡Estudien computación! Inmediatamente después, recompuso: “cuando alguien está inoculado de la actuación ya no puedes desprenderte de ella. Quien haya pisado un escenario difícilmente se podrá liberar de esa sensación. Así que hagan lo necesario para encontrarlo y seguramente van esquivar los obstáculos que son muchos”.
Joaquín Cosío dictó la clase magistral titulada “Actuar o morir”, en el auditorio del Centro Universitario de la Costa, de esta localidad, organizada por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (Amacc) y la Secretaría de Turismo de Jalisco, enmarcada dentro de las actividades previas a la entrega 67 del Premio Ariel a efectuarse hoy.
Respecto al título de su clase magistral el actor de El infierno dijo: “hay un dicho fenicio que reza ‘navegar es necesario, vivir no’. Creo eso habla de la pasión, de una obsesión que va más allá de la vida ordinaria. En mi caso no sé si podría ser tan extremo para definirlo así. A mí me encanta la vida, la cotidianidad y creo que ahí está el veneno del cual los actores nos abastecemos. La actuación es una vocación inevitable, nunca tomé la decisión de ser actor sino que de pronto ocurrió. En algún momento hice teatro, algo pasó y me encontré con el cine y pude continuar haciéndolo, todo sucedió de una manera muy vertiginosa. Y tengo que decirlo: la suerte es algo que no puedo negar, estuve en proyectos cinematográficos que fueron muy bien recibidos por el público, eso es algo que no decidimos los actores. Es una carrera muy complicada y de persistencia”.
Joaquín Cosío refirió: “una de las primeras cosas en que me fijo es en la calidad del diálogo en los guiones. Me doy cuenta que el libreto refleje la realidad, un hecho verosímil, posteriormente me concentro en qué ocurre en la historia, escribir un guion es muy difícil y es una de las áreas del cine más desamparadas y también, por supuesto, que al personaje que voy a interpretar le pase algo, que tenga un conflicto o una transformaciónue dramáticamente sea efectiva. Todos los actores tenemos películas de las que nos arrepentimos, no voy a decir cuales, pero es absolutamente normal”.
El actor nayarita destacó: “cuando tienes pasión por lo que haces es lo mejor, he trabajado con directores muy tersos, como Carlos Carrera que no te das cuenta de que te está dirigiendo de lo delicado que lo hace y he trabajado con Luis Estrada que te ayuda a resolver el problema dramático en el que te encuentras. Los actores tenemos muchas circunstancias, hay quienes incluso se enferman con sus personajes. Por ejemplo, escenas como la que tuve en El infierno, donde matan al hijo del Cochiloco, esa ficción la tienes que generar en tu cabeza, imagínate lo que tienes que crear para llegar a interpretar ese dolor innombrable de algo terrible como lo es encontrar a tu hijo muerto. Todo eso implica un trabajo sensible, los actores aunque no lo parezcamos somos bastante vulnerables”.