
La 73ª edición del Festival de San Sebastián arranca este viernes marcada por una doble apuesta: reforzar su vocación de escaparate del mejor cine de autor y al mismo tiempo posicionarse como un certamen comprometido con causas sociales, en particular con la situación en Gaza. En este marco, la presencia de Angelina Jolie, que presentará el domingo Couture, se convierte en el gran atractivo mediático de los primeros días, demostrando la capacidad del Zinemaldia para equilibrar glamour y riesgo artístico.
Aunque Hollywood ha volcado sus focos en Venecia, San Sebastián ha consolidado otro camino: el de acoger a grandes nombres del cine contemporáneo como Joachim Trier, Jafar Panahi, Richard Linklater, Raoul Peck, Agnieszka Holland, Kleber Mendonça Filho, François Ozon o Claire Denis, que compartirán espacio con rostros populares como Paul Dano, Elle Fanning, Juliette Binoche, Colin Farrell, Jennifer Lawrence o la propia Jolie. La estrategia de José Luis Rebordinos, director del certamen, ha sido clara: “Necesitamos la mezcla. El glamour, pero también que vengan los creadores y sus películas”.
La Sección Oficial de este año confirma el protagonismo del cine español con títulos de gran ambición: Historias del buen valle de José Luis Guerín, que despierta gran expectación tras joyas como En construcción; Maspalomas de Jose Mari Goenaga y Aitor Arregi; Los tigres de Alberto Rodríguez; y Los domingos de Alauda Ruiz de Azúa. A ellos se suman tres filmes argentinos, con un cine beligerante que resiste en tiempos difíciles bajo el gobierno de Javier Milei, así como producciones francesas, propuestas asiáticas y dos películas con potencial para los Oscar: Núremberg, sobre los juicios a los nazis con Russell Crowe como Hermann Göring, y Maldita suerte de Edward Berger, protagonizada por Colin Farrell.
El festival también busca dar visibilidad al cine con compromiso social
El Zinemaldia se ha convertido en el primer certamen de clase A en emitir un comunicado claro en apoyo al pueblo palestino, denunciando lo que denomina un “genocidio” cometido por el gobierno de Benjamin Netanyahu. Esta postura se materializará en una concentración tras la proyección de La voz de Hind, filme que conmovió a Venecia al narrar el asesinato de una niña palestina por el ejército israelí. “El festival quiere ser un lugar de encuentro de diferentes visiones del mundo, pero no podíamos callar ante tanta atrocidad”, subrayó Rebordinos.
En el apartado de homenajes, el festival distingue este año con el Premio Donostia a la productora Esther García, histórica colaboradora de los hermanos Almodóvar y primera productora —hombre o mujer— en recibirlo. También será reconocida Jennifer Lawrence, quien a sus 35 años ya ostenta un Oscar y se ha convertido en referente de una nueva generación de actrices. “Nunca había recibido tantas llamadas de gente joven preguntando cómo acceder a la alfombra roja”, reconoció Rebordinos, satisfecho de llegar a generaciones más jóvenes.
Más allá de las secciones oficiales, San Sebastián mantiene su papel como plataforma del cine europeo y latinoamericano, con apartados como Perlak, que exhibe títulos destacados de otros festivales, o Embrujada, que abre espacio a voces radicales e innovadoras. También refuerza su vínculo con la formación y la industria a través de iniciativas enmarcadas en su programa profesional.
Entre alfombras rojas, pintxos y predicciones de lluvia, la ciudad de San Sebastián vuelve a convertirse en el epicentro cultural de Europa. Y mientras Hollywood se reserva su brillo en otros escenarios, el Zinemaldia 2025 arranca mostrando lo que lo hace único: la convivencia entre el cine autoral más exigente, las estrellas internacionales y un firme compromiso con la realidad política y social. @mundiario