B
ajo la mirada pensativa de la fallecida actriz Marisa Paredes como imagen afortunada de su póster oficial, el Festival de San Sebastián se inaugura hoy con la proyección de la película 27 noches, del uruguayo Daniel Hendler, quien curiosamente también compite en Horizontes Latinos con otro título.
Así inicia la última edición del festival que dirigirá José Luis Rebordinos, quien ha tenido una gestión más que venturosa. Bajo su guía el certamen ha retomado su estatus de ser una cita muy atractiva para el cinéfilo, en la congestionada temporada otoñal. Ya he repetido hasta el cansancio las razones por las cuales es mi festival favorito: además de su programación –ecléctica, de la mejor manera– la ciudad sede es una de las más hermosas de España, la comida es inmejorable y los donostiarras son el colmo de lo amable (eso incluye, claro, al personal del festival).
Desde luego, el festival tiene como función primordial la difusión del cine español y, por eso, la sección oficial ostenta varios títulos de la cinematografía local. En competencia hay tres títulos: Historias del buen valle, de José Luis Guerín; Los tigres, de Alberto Rodríguez, y Maspalomas, de la dupla José Mari Goenaga y Aitor Arregi. Fuera de concurso participan: la miniserie Anatomía de un instante, del ya nombrado Alberto Rodríguez, y Un fantasma en la batalla, de Agustín Díaz Yanes. Y finalmente, las proyecciones especiales reúnen cuatros títulos: Flores para Antonio, de Elena Molina e Isaki Lacuesta; Karmele, de Asiar Altuna; La suerte, de Paco Plaza, y la vasca Zeru Ahoak, de Koldo Almandoz.
Por si fuera poco, la sección Made in Spain, que ofrece una selección de películas españolas recientes y meritorias, consta de veintiocho películas; dos de ellas, Sirat, de Oliver Laxe, y Romerías, de Carla Simón, compitieron en Cannes. No cabe duda de que el cine local está atravesando un buen momento, como se apuntó el año pasado.
Por otra parte, los títulos más atractivos de la competencia, a primera vista, son: Ballad of a Small Player, producción británica del alemán Edward Berger; Las corrientes, de la argentina Milagros Mumenthaler; Le cri des gardes, de la francesa Claire Denis; Franz, de la polaca Agnieszka Holland; Historias del buen valle, de José Luis Guerín; Nuremberg, de James Vanderbilt, y Los tigres, de Alberto Rodríguez.
Lo que sigue siendo mala noticia es el carácter discreto de la participación del cine mexicano, con dos títulos en la sección competitiva Horizontes Latinos: Cobre, de Nicolás Pereda, y Olmo, de Fernando Eimbcke. Dos títulos en la sección de clásicos: El callejón de los milagros, de Jorge Fons, y En el balcón vacío, de Jomí García Ascot, ambos en versiones restauradas. Y en Nuevos Directores concursa la coproducción con México de Si no ardemos, cómo iluminar la noche, de la costarricense Kim Torres. (Por cierto, los tres largometrajes de estreno están programados a exhibirse en el ya cercano festival de Morelia). Ya veremos en los días siguientes qué suerte correrán los paisanos.
X: @walyder