
jueves 18 de septiembre de 2025
Noise: sonidos del más allá (Noise, 2024) comienza cuando Joo-young, una joven con pérdida auditiva, regresa al edificio donde vivía junto a su hermana desaparecida. Lo que comienza como una búsqueda desesperada se convierte en una experiencia aterradora: extraños ruidos, casi imperceptibles, emanan de las paredes y resuenan en sus sentidos de manera perturbadora.
A medida que sigue esas señales, Joo-young comienza a desentrañar un laberinto de secretos ocultos tras la fachada de las viviendas. Cada sonido revela algo macabro enterrado entre los muros. Atrapada en un espacio que debería haber sido su refugio, Joo-young se enfrentará no solo al misterio de la desaparición de su hermana, sino también a una pesadilla sensorial.
Los tiempos y las atmósferas creadas en Noise: sonidos del más allá son una de sus mayores fortalezas. Los efectos sonoros, absolutamente imprescindibles para la temática, están a un altísimo nivel técnico, como es característico del cine surcoreano.
Si bien la parte visual es más convencional y no aporta grandes novedades, pasa a un segundo plano, ya que el sonido es el verdadero protagonista, elevando la experiencia en las salas de cine.
Kim Soo-jin se consolida como una revelación y, al mismo tiempo, como una promesa para los amantes del género. Además, podría ser una puerta de entrada para quienes no están tan familiarizados con el terror.
El director maneja las sutilezas con destreza, sin recurrir a los sobresaltos fáciles ni al exceso de sangre. Lleva la historia a un nivel más psicológico, cercano al thriller sobrenatural, pero con un manejo impecable de los sentidos, lo que convierte a la película en una experiencia fascinante para quien se deje atrapar por la destreza del director.