
martes 16 de septiembre de 2025
Mussolini: Hijo del Siglo (Mussolini: Son of the Century, 2024) está basada en la novela biográfica de Antonio Scurati y protagonizada por Luca Marinelli, el actor de Martín Eden (2019), quien se transforma físicamente para el papel.
La dirección está a cargo del británico Joe Wright, conocido por adaptar las novelas de Jane Austen, como Orgullo y prejuicio (Pride & Prejudice, 2005), y por hacer un retrato de Winston Churchill en Las horas más oscuras (Darkest Hour, 2017), otra figura controvertida de la primera mitad del siglo XX. En esta ocasión, Wright narra el ascenso al poder de Benito Mussolini desde una postura clara: el antifascismo.
No hay intento de humanizar al personaje. El retrato del periodista socialista que se convierte en líder autoritario es intimidante, incómodo y violento. «Vamos a transformar el miedo en odio», dice Mussolini en un momento, rompiendo la cuarta pared con su mirada hacia la cámara. Esta interacción busca seducir con sus ideas, mientras provoca la distancia por la violencia de los camisas negras que comanda.
“Como un animal, puedo olfatear los tiempos que vendrán. No importa cómo, pero mi tiempo ha llegado”, repite un Mussolini en ascenso, después de aliarse con los liberales para derrotar a los socialistas en unas elecciones. Así, entra en la política como un hombre violento que encuentra legitimidad en su accionar. Mussolini se adentra en la vida política italiana tras traicionar sus orígenes y a D’Annunzio, el poeta y ex soldado que tomó Fiume para convertirla en un mundo mejor.
La miniserie de ocho episodios está impregnada de cine. Wright contó que buscó seguir la estructura de collage de la novela, que en términos literarios pasa del artículo a la carta y luego a la biografía novelada. De forma similar, en el ámbito audiovisual, fusiona imágenes de archivo con proyecciones de estilo expresionista, puestas teatrales y un montaje frenético que, al estilo del mejor Eisenstein, transmite de manera conceptual las consecuencias de los discursos de odio de Mussolini en las multitudes enardecidas.
Opuesto al clasicismo de producciones anteriores, Wright narra desde el artificio. Construye un Benito Mussolini caricaturesco y carismático por igual, gracias a la composición de Marinelli, estableciendo un paralelo con los líderes de ultraderecha que gobiernan el mundo de hoy. El ascenso de Mussolini funciona como una suerte de explicación de porqué personajes tan despreciables y violentos, alcanzaron popularidad en la política contemporánea. Y lo hace con un ritmo de relato frenético, grotesco por momentos, que impacta tanto como puede llegar a molestar en ciertos pasajes. Una prepotencia estilizada con el espíritu disruptivo de las vanguardias de los años veinte.
Mussolini: Hijo del siglo es, ante todo, una experiencia sensorial. Una propuesta audiovisual que resalta un sentimiento de descontento canalizado hacia la violencia por un político que se convierte en criminal. La música compuesta por Tomás Rowlands, miembro de The Chemical Brothers, transmite esa energía explosiva de los comienzos del siglo XX, que encuentra un peligroso paralelo con la actualidad.