
martes 16 de septiembre de 2025
Estos films no solo nos mantuvieron al borde del asiento, sino que elevaron el estándar, mostrando que la adrenalina y el arte pueden ir de la mano para crear experiencias verdaderamente inolvidables. A lo largo de estos años, hemos sido testigos de una revolución en la forma de contar historias de alto impacto.
En sintonía, directores visionarios han reinventado el género, priorizando la acción práctica y el trabajo de dobles de riesgo sobre el CGI, o utilizando la animación para crear secuencias de lucha que serían imposibles en el mundo real. Este enfoque renovado ha resultado en una serie de héroes y antihéroes memorables, desde el implacable asesino a sueldo hasta el conductor de una banda sonora de destrucción en el desierto.
En este artículo, exploraremos las cinco películas que, a nuestro juicio, han marcado la pauta en la última década. Cada una de ellas es un ejemplo de por qué el cine de acción sigue siendo uno de los géneros más emocionantes y relevantes de la industria. Nos sumergiremos en un mundo donde cada puñetazo, cada salto y cada explosión son parte de una sinfonía perfectamente orquestada, un festín de acción que redefinió lo que es posible en la pantalla grande.
Innovación y coreografía maestra
Las películas de acción de la última década han elevado el estándar del género al perfeccionar la coreografía y la técnica de filmación de sus escenas.
- Mad Max: Furia en la carretera (2015): Considerada por muchos como la obra maestra del cine de acción moderno, no es solo una película, sino una sinfonía de destrucción y movimiento. Dirigida por el visionario George Miller, este filme de 2015 es una proeza cinematográfica que demostró que el género puede ser tan visceral y artístico como cualquier otro.
La película es, esencialmente, una persecución de principio a fin. Sin embargo, lo que la diferencia es la maestría con la que se filma cada escena. Miller priorizó los efectos prácticos y las acrobacias reales, lo que le da a la película un peso y una autenticidad inigualables.
- John Wick: Capítulo 4 (2023): La saga de John Wick perfeccionó el concepto de «gun fu» y la coreografía de combate. Lo que distingue a la cuarta entrega es su enfoque en las artes marciales, que se presentan con una fluidez y un realismo casi artísticos.
Las secuencias de acción están meticulosamente diseñadas, combinando el uso de armas de fuego y combate cuerpo a cuerpo de una manera que se siente innovadora y letal. La épica batalla en las escaleras de París, filmada en una sola toma fluida, es un testimonio del arduo trabajo de los dobles de acción y de la visión del director Chad Stahelski, quien proviene de ese mismo ámbito.
El héroe carismático y el espectáculo
En la última década también se ha enfocado en el poder del carisma de sus protagonistas para impulsar historias de gran escala. Estas películas demuestran que, más allá de los efectos especiales, un héroe memorable es el corazón de cualquier gran aventura.
- Misión imposible – Fallout (2018): En una era donde los efectos especiales generados por computadora dominan la pantalla, Misión: Imposible – Fallout se alza como un testimonio del poder del cine de acción práctico. Dirigida por Christopher McQuarrie, esta sexta entrega de la saga de espionaje no solo revitalizó la franquicia, sino que se convirtió en un referente de cómo el riesgo real y el talento humano pueden crear un espectáculo sin precedentes.
La película es un reloj perfectamente engranado de suspenso, intriga y acción pura. Lo que la distingue es el compromiso de su protagonista, Tom Cruise, de realizar sus propias acrobacias. Desde el vertiginoso salto HALO (apertura a gran altitud y caída a baja altitud), pasando por las persecuciones a alta velocidad en motocicleta en las calles de París, hasta el combate en helicópteros, cada escena de acción es un testimonio del compromiso del equipo por ofrecer el máximo espectáculo.
- Vengadores: Endgame (2019): No es solo la culminación de un ciclo en el cine de superhéroes, sino un evento cinematográfico sin precedentes que redefinió el concepto de espectáculo a gran escala. Dirigida por los hermanos Russo, esta película es un hito cultural que demostró el poder de la narrativa continua y el apego del público a sus héroes, incluso en la acción más épica.
Aunque no es una película de acción pura, el clímax de esta cinta es una de las secuencias de combate más épicas y espectaculares de la historia del cine. El clímax de la batalla final, con cada héroe uniéndose en un solo cuadro, es un evento que se siente como la culminación de una década de narración. Es un hito del cine de superhéroes y un testimonio del poder del espectáculo a gran escala.
La grandeza de Endgame radica en su capacidad para ofrecer un espectáculo visual masivo mientras honra la historia de cada personaje. La acción no solo sirve para avanzar la trama, sino que también es un vehículo para la emoción, la nostalgia y el sacrificio.
La acción como arte
En los últimos años, el cine de acción ha demostrado su capacidad para trascender el entretenimiento puro y convertirse en una forma de arte. Estas películas se distinguen por su capacidad de utilizar las secuencias de combate no solo para generar adrenalina, sino también para contar una historia más profunda o explorar la condición humana.
- Tren a Busan (2016): La película surcoreana demostró de manera contundente que el género de zombis, a menudo saturado, aún tiene la capacidad de sorprender y ofrecer una experiencia cinematográfica de primer nivel. Dirigida por Yeon Sang-ho, este thriller apocalíptico no solo es una película de terror implacable, sino también un drama profundamente humano que utiliza la acción para explorar temas de sacrificio, egoísmo y la naturaleza de la familia.
Lo que la eleva por encima del promedio es su corazón emocional, ya que, a pesar del caos, la película se centra en la relación entre un padre y su hija, forzándolos a enfrentar sus debilidades y a fortalecerse ante la adversidad. La acción y el terror son solo el telón de fondo para una historia conmovedora sobre la redención y el amor. Es una clase magistral de cómo la acción, cuando se combina con una narrativa sólida y personajes bien desarrollados, puede trascender el género para convertirse en una obra memorable y universal.