
El anime volvió a tomar el control de la taquilla. Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba – Infinity Castle recaudó 33 millones de dólares entre el viernes y sus funciones de preestreno en 3,315 salas de Norteamérica, marcando el mejor debut de la historia para una película de anime en Estados Unidos.
La cifra pulveriza el récord anterior de Dragon Ball Super: Super Hero (2022), que alcanzó 10.9 millones en su primer día. Además, el nuevo filme de Kimetsu no Yaiba ya asegura también el mejor fin de semana de estreno para un anime, superando los 31 millones que ostentaba desde 1999 Pokémon: La primera película.
La producción, primera parte de una trilogía final para la saga, se proyecta en versiones subtitulada y doblada, con un fuerte impulso en salas premium. Solo en IMAX sumó 6.4 millones de dólares en su primer día.
Fenómeno en taquilla
En Japón, donde se mantiene número uno ocho semanas después de su estreno, Infinity Castle ya superó los 200 millones de dólares, elevando su total global a más de 279 millones, lo que la convierte en la tercera película más taquillera de la historia del país.
El filme distribuido por Crunchyroll repite el éxito que en 2021 tuvo Mugen Train, pero a una escala aún mayor. Con una calificación de “A” en CinemaScore y críticas positivas, el fenómeno de Demon Slayer confirma que el anime no solo es un éxito cultural, sino también un gigante de taquilla internacional. @mundiario