Dreams. El cine incómodo de Michel Franco
S
i existe un cineasta nacional cuya obra perturba y molesta, ese es Michel Franco, creador de relatos polémicos e incómodos en los que predominan las tramas protagonizadas por personajes de los sectores económicos más privilegiados del país o fuera de éste, envueltos en dramas de tensión sicológica y de seres enfrentados con sus deseos, frustraciones y temores más sombríos, tal y como sucede en su más reciente filme: Dreams (2025), México-Estados Unidos-Gran Bretaña.
Franco, uno de los realizadores más importantes y controvertidos de nuestro cine desde su inquietante ópera prima Daniel y Ana (2008), trastoca por completo uno de los tópicos más comunes y actuales de la cinematografía nacional: la migración, para apostar por un inquietante relato de “fronteras” en esa compleja y tensa situación que se respira en la línea divisoria entre México-Estados Unidos. De hecho, Dreams abre como cualquier otro filme de migrantes: un tráiler cargado de ilegales hacinados sin agua ni alimento, que aspiran al “sueño americano”.
Uno de ellos, Fernando (el joven y excepcional bailarín Isaac Hernández en su primer y eficaz protagónico) logra huir y cruzar del otro lado donde encuentra rechazo y apoyo al mismo tiempo y desde San Antonio, Texas, consigue llegar ileso a San Francisco, California, donde vive Jennifer (una sorprendente Jessica Chastain), su amante madura y millonaria filántropa que le ayudará supuestamente, a concretar sus aspiraciones de convertirse en primer bailarín de una compañía dancística de prestigio.
Hasta ahí, Dreams parece avanzar por los lugares comunes del melodrama pasional y de anhelos y ambiciones profesionales. Por supuesto y al igual que sucedía en Memory (2023) y sobre todo en Sundown (2021), Franco detona las convenciones del género y explora desde la complejidad emocional y un crudo realismo, una historia de contrastes sociales y culturales en esa línea fronteriza que separa a un talentoso chico oriundo de un país donde los sueños de los jóvenes están condenados al fracaso y de una opulenta heredera mayor que él, que le impone relaciones de dominio social y sexual gracias a su amplio poder económico y que a la vez, lo manipula y miente en ese, su aparente respaldo a las ansias de superación profesional de éste.
Así, una serie de pequeños “detalles” en apariencia insignificantes van moldeando el verdadero rostro de Jennifer y su familia. Entre sus múltiples fundaciones de apoyo a la cultura, la protagonista mantiene una pequeña compañía de baile en México donde conoce a Fernando y se obsesiona sexualmente con él. En ese largo tiempo no ha intentado aprender español y tampoco reconoce la manera de aliviar un pie lastimado. Más notorio aún, la manera en que explota cuando un mesero poblano en un restaurante en San Francisco establece un diálogo casual en español con el bailarín chilango o su decisión de cortar los sueños de éste en Estados Unidos.
Una hipocresía social y cultural que por supuesto alcanza al hermano y al padre (Rupert Friend y Marshall Bell) de Jennifer McCarthy, pertenecientes a una estirpe poderosa que detrás de su aparente empeño humanitario esconden un racismo y un clasismo rampantes que emergen cuando el joven migrante se atreve a “invadir” el espacio familiar y doméstico, convirtiendo a Dreams en una suerte de alegoría política de las actuales relaciones con el gobierno de Trump.
De manera afortunada, Franco deja en un plano secundario las escenas dancísticas y en cambio, realza las secuencias de pasión erótica con algunos momentos excepcionales como la escena en la escalera o el diálogo en la mesa de un comedor. Imágenes sexuales casi coreográficas que arden al igual que aquel fuego devorador en la celda de los migrantes centroamericanos en México, en una escena que intenta recuperar el hoy olvidado y vergonzoso “accidente” de aquella treintena de muertos que jamás recibieron ayuda en un centro migratorio de Ciudad Juárez en 2023.
Es decir, Michel Franco no tiene escrúpulo alguno para sumergirse en la cloaca de los defectos y complejidades de sistemas sociales del tercer o primer mundo: pobreza, marginación, opulencia, abismos económicos, corrupción, ignorancia. Para rematar con un desenlace tan vehemente y brutal como perturbador.
Dreams; sueños, se proyecta en Cineteca México, Las Artes, Cinépolis y Cinemex.