
Las series limitadas, también llamadas “miniseries”, han ganado un espacio central en los últimos años dentro de los Emmy, gracias a su capacidad para contar historias intensas en un formato cerrado. Este 2025, la gran protagonista en esa categoría es Adolescencia, la producción de Netflix que puso sobre la mesa un tema incómodo: la violencia juvenil vinculada a comunidades incel.
Creada por Stephen Graham y Jack Thorne, la miniserie llamó la atención desde su estreno por dos factores: su narrativa provocadora y el uso de un plano secuencia interminable, recurso que muchos compararon con lo hecho en The Studio. Para algunos críticos, esta apuesta estética es brillante; para otros, es un truco visual que esconde ciertas debilidades de guion.
La prensa española no ha permanecido indiferente. El País la definió como “un fenómeno mediático que refleja la fascinación de Netflix por el escándalo” y Fotogramas destacó que “su capacidad de incomodar al espectador es también su principal atractivo”. En medios internacionales como The Guardian se subrayó que, más allá de sus excesos, logra capturar “la ansiedad y rabia de una generación que se siente invisible”.
Las miniseries permiten centrar la conversación en pocas semanas, disminuyendo la ansiedad de quienes ven la serie
El éxito de Adolescencia también revela una tendencia: las series limitadas funcionan como eventos televisivos que concentran toda la conversación en pocas semanas, a diferencia de producciones largas que corren el riesgo de diluir su impacto. Netflix ya había comprobado este poder con títulos como Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer o Gambito de dama, que barrieron en los Emmy de años anteriores.
En esta edición, solo El Pingüino —con un Colin Farrell irreconocible bajo kilos de prótesis— parece tener opciones reales de disputarle el trono a Adolescencia. Aun así, el ruido mediático y la conversación en redes hacen pensar que será difícil que otra producción le arrebate el protagonismo.
El debate sigue abierto: ¿es Adolescencia un retrato necesario de una problemática social o un producto sensacionalista diseñado para impactar rápido y fuerte? Sea cual sea la respuesta, lo cierto es que confirma la fuerza de las series limitadas como motor narrativo y como campo de batalla principal en los Emmy. @mundiario