
Crear un festival de cine en una población que no tiene cine representa una anomalía ciertamente curiosa. Es el caso singular del Guadix Iridiscente Festival Internacional de Cine (GIFIC) cuyos directores y organizadores son el matrimonio formado por Jaime García y Marta Pedraza, creadores, a su vez, de MagaZinema, una revista digital de cine alternativo. “En Guadix no tenemos cine y, en general, no hay cultura de ir al cine; son pocos los que se hacen 60 km de ida y 60 km de vuelta para ir al cine más cercano”, dice Pedraza. “Sí tenemos proyecciones al aire libre y algún programa de la Diputación para que los escolares puedan ver alguna película; para ello se ha hecho uso del teatro municipal que es justo donde nosotros vamos a proyectar. Es un sitio precioso, de esos teatros de madera con butacas rojas (algo más de cuatrocientas), con su platea, su grada, sus palcos…, pero no es un sitio pensado para proyectar cine”, explica a Cine&Series de MUNDIARIO la codirectora del festival, Marta Pedraza.
Se refiere al Teatro Mira de Amescua, ubicado en la Plaza de la Constitución, en el centro histórico de la ciudad. Este teatro, que anteriormente fue conocido como Cinema Acci, es un espacio cultural emblemático que ha sido restaurado y adaptado para ofrecer una programación cinematográfica variada. Además, es sede del GIFIC, el festival que nos ocupa y que se celebrará del 11 al 14 de septiembre de 2025, con una programación que incluye más de 40 títulos y secciones dedicadas a cine asiático, creadoras emergentes, talento andaluz y cine de terror.
“Sobre el bloque de terror… es una cuestión de crear público y atraer público joven”, explica Pedraza. “Está fuera de concurso, pero es un bloque pensado para que los jóvenes se acerquen al festival y quieran repetir, incluso ver proyecciones diferentes el próximo año”.
Y es que el GIFIC es un festival con un nicho muy marcado pensado en el colectivo LGTBI+, el feminismo… “teníamos en mente un festival pensado en los derechos humanos”, apuntilla la codirectora del GIFIC. “Nuestra asociación con la Federación Arco Iris Granada permite que no metamos la pata en el discurso narrativo del festival; es decir, que no elijamos proyectar una película pensando que es bonita, pero luego muestre lo contrario de lo que queríamos enseñar. Arco Iris es clave para nosotros porque aporta todo ese conocimiento del colectivo LGTBI+ y del mundo queer que no siempre tenemos”, explica Pedraza.
El público podrá ver en el GIFIC largometrajes como Queer (Italia), de Luca Guadagnino, un drama inspirado en la novela de William S. Burroughs que explora el deseo, la soledad y las fronteras de la identidad; La mitad de Ana (España), de Marta Nieto, un relato íntimo sobre la maternidad, el duelo y la reconstrucción personal; el cortometraje de ficción Cólera (España), de José Luis Lázaro, retrato de la homofobia; el cortometraje documental Lola, Lolita, Lolaza (España), de Mabel Lozano, historias de mujeres que han superado el cáncer de mama con fuerza y humor, y un largo etcétera pues en total son 23 obras – entre largometrajes y cortometrajes de ficción y documental, procedentes de diferentes países y contextos culturales – que competirán en la sección oficial.
Los pasos a dar para levantar un festival de cine
“Mucho de golpe y todo atropellado”, resume Marta en esta charla con Cine&Series. Reconoce que se les ha ido de las manos puesto que no esperaban tal crecimiento del festival, aunque también lamenta no haber tenido todo el apoyo que necesitaban por parte de la Administración Pública. “Mientras realizas todos los trámites administrativos, hay veces que no llegas a las subvenciones, que es lo que nos ha ocurrido a nosotros, y hay que buscar la financiación de forma privada”, comenta. “Hemos tenido que buscar empresas con mucha voluntad y cariño por el proyecto, empresas que han visto que un festival de cine no solo tiene una utilidad social sino también un beneficio económico y turístico”, explica. “De la Administración solo hemos obtenido apoyo de la concejalía de igualdad de Guadix”, afirma Marta.
Referentes y necesidad de otro festival
Habiendo tantos festivales de cine en España, seguro que alguno ha servido de inspiración a Javier y Marta para lanzarse valientemente a un proyecto de esta envergadura. “El festival de Vic”, responde rápido Marta. “Es un festival de cine asiático que hay en esa localidad; maravilloso. Lleva más de 20 años. La población es preciosa, tiene un patrimonio increíble, te podrías quedar en Vic semanas. Se añade a la belleza de esa localidad (algo que en Guadix también tenemos) que los organizadores han creado un festival muy de nicho y muy de comunidad, donde la gente se ha volcado con el evento. Para mí, Vic ha sido de mucha inspiración, sobre todo por lo que te hace sentir cuando se está allí.”
Sobre la necesidad de tener otro festival de cine en España, Pedraza lo tiene claro: “¿Hace falta otro festival gigantesco con repercusión mediática, de talla internacional, con gente de otros países dándose golpes por llevar a un festival su película? Probablemente no, pero creo que sí necesitamos festivales locales porque son éstos los que acercan al público un tipo de cine que normalmente no está en los circuitos comerciales y, a su vez, la industria necesita de esos festivales pequeñitos para que los cineastas emergentes puedan mostrar su trabajo, asevera la codirectora de GIFIC.
Es aquí donde, quizá, más se aprecia el amor al cine de Pedraza, en su discurso sobre la creación de público y sobre la motivación personal que la impulsó a crear este proyecto: “Hay que pensar en cómo crear esa semilla de ir al cine porque, en general, hemos dejado de ir a las salas. Además, debemos despertar el interés sobre cómo se crea el cine; ¿de qué se puede trabajar dentro de la industria? Porque aparte de ser director y actor, hay cientos de trabajos. Un festival de cine abre esas puertas de conocimiento porque hay charlas de industria, viene alguien que hace fotografía, peluquería, etc. Los festivales pequeñitos consiguen eso y sienta la base en el público que asiste. El localismo, en ese aspecto, no podemos perderlo”, afirma convencida Marta. Y sobre sus motivaciones… “tener cine en mi pueblo”. Y esta motivación tan pequeñita, pero tan sincera y emocional, quizá sea compartida por muchos otros accitanos y, quién sabe, este festival local acabe convirtiéndose, como indica su nombre, en un festival internacional. En cualquier caso, para Javier y Marta, el objetivo claro de este primer certamen es “sobrevivir y hacer una segunda edición”. @opinionadas