
«Hubo un tiempo que fue hermoso y fui libre de verdad, guardaba todos mis sueños en castillos de cristal…».
Carlos Alberto García Moreno y Carlos Alberto Mestre se conocieron en el año 1969 cuando cursaban el colegio secundario en el Instituto Social Militar «Dr. Dámaso Centeno», sobre la Av. Rivadavia a metros de Primera Junta en el barrio de Caballito, donde ellos vivían con sus familias. Allí empezaron a gestar lo que años después se convirtió primero en un dúo y después en un grupo: Sui Generis. Desde 1972, con su primer álbum “Vida” hasta su separación a fines de 1975, Sui Generis se transformó en la banda de rock que de alguna manera revolucionó las filas de dicho movimiento y se catapultó a otras dimensiones. Los adolescentes, los jóvenes aún rebeldes, las parejas románticas, los chicos con ideales, un poco de todos ellos conformaban su público que los seguía y escuchaba con devoción. Unas letras que hablaban de sus propios problemas, sus inquietudes, sus deseos, sus sueños. Y una música que fusionaba el folk norteamericano, con la balada y el rock nacional.
Por todo esto su despedida fue un acontecimiento social y cultural. El viernes 5 de septiembre de 1975 a partir de las 20.30 (y finalizando ya entrada la madrugada del sábado 6) dieron las dos funciones del adiós de la banda, en el Luna Park, ante más de 25 mil personas que desbordaron las instalaciones. Auspiciado por Casa América y con producción del infatigable (y extrañado) Jorge Álvarez, los recitales se grabaron para ser editados en un principio en un disco doble. El disco “Adiós Sui Generis” se editó originalmente en forma de álbum doble (de vinilo) pero en manera separada, es decir, como dos discos individuales que se podían comprar de a uno. El técnico de grabación fue Roberto Robertone y la mezcla se hizo en los estudios Ion. El Long Play Doble lo había editado el Sello Discográfico Talent (una subsidiaria de Microfón Argentina S.A.) producido por Álvarez.
Y el otro gran recuerdo que iba a quedar para siempre fue la filmación de estos dos conciertos que se plasmaron en la que es una de las 4 grandes películas del Rock Nacional: Adiós Sui Generis (Las otras tres son Hasta que se ponga el sol -1973- de Aníbal Uset, Prima Rock -1982- de Osvaldo Andéchaga y Buenos Aires Rock -1983- de Héctor Olivera). El film fue realizado por un joven de 32 años, Bebé Kamin, un experimentado sonidista y que previamente solo había dirigido un largo de ficción, El búho (1974) con Virginia Lago y Eduardo “El Gordo” Fasulo (Tío de la cantante María Carolina Fasulo –Carola-).
Los protagonistas, sus instrumentos y su vestimenta fueron los siguientes: Charly García en Piano, Fender Rhodes, Mini-Moog, ARP String Ensemble, Clavinet Hohner, voz y guitarra acústica. Con galera de lamé blanco y frac al tono y zapatillas de básquet. Nito Mestre en Voz, guitarra acústica y flauta traversa. Vestido más sencillo con camisola rojo ladrillo y jeans. Rinaldo Rafanelli en Bajo, guitarra acústica y voz. Con chaleco y remera blanca. Juan Rodríguez en Batería. Con remera roja y vaqueros. No había mucho presupuesto y en ciertos casos hubo que pedir elementos a otras bandas. Algunos de los micrófonos estaban sujetados entre sí con cinta aisladora azul. Mientras el equipo de luces lo aportó el grupo chileno Los Jaivas y algunos amplificadores eran del trío Alas de Gustavo Moretto.
En palabras del propio director Bebe Kamín, en referencia a la producción y el porqué del film: «Creo que la película transmite, en la medida que puede hacerlo el cine, algo que sucedió dentro y fuera del Luna Park. La actuación de Sui Generis, las reacciones del público y las letras no aparecían como elementos suficientes para lograr un largometraje. Si bien las canciones están del principio al final, se incorporaron secuencias de la gente que estaba esperando entrar al estadio. También se realizaron varios reportajes, con la certeza de acceder a una cantidad de respuestas francas. Luego de esa introducción, entramos de lleno al festival, describiendo la presentación con saña. A partir de allí, desarrollamos los distintos temas. Aunque el intento inicial fue de registro, luego pudimos advertir una especie de desarrollo dramático provocado por la oposición de las partes, los distintos tipos de ritmo. Se trata de un desarrollo que se da en el plano de las sensaciones».
Unas pequeñas anécdotas sobre las distintas escenas: Al principio se ve a los chicos haciendo la fila para ingresar al Luna Park. Una de las fans que estaba esperando para entrar comenta al camarógrafo: “Me gusta la letra que tienen porque llega a la profundidad lo que dicen”. Se muestran los ensayos de Sui Generis y la prueba de sonido.
A los 23 minutos de metraje se escucha de fondo el tema “Nena” el cual introduce un sketch a manera de videoclip donde aparecen Mimí Pons –con un destacado enrulado rubio y muy maquillada, y su hermana Norma Pons mirando y provocando a la cámara semejando a Marlene Dietrich cuando cantaba Lili Marlene.
En medio del show, García llegaría a decir desde el escenario al público asistente: «Les quiero pedir una cosa. Simplemente, si quieren bailar, y hacer lo que quieren hacer, háganlo. Pero por favor, no rompan nada, y traten de cuidar todo. No se paren en las sillas y esas cosas. Porque ustedes saben que esas cosas son seriamente castigadas». Esto dicho justo antes de cantar “Aprendizaje”. . .
Durante las diferentes tomas aparecen planos de distintos concurrentes al recital y por ahí se distingue a León Gieco junto a su mujer Alicia. Al Ruso Verea –un fanático del fútbol y del rock. Se ven muchos jóvenes fumando cigarrillos, y no hay que olvidar que en esa época estaba permitido -pero no autorizado- fumar en los teatros y ambientes cerrados.
Hay un Clip insertado con el tema “Mr. Jones”. Allí aparecen Charly y Nito travestidos como mujeres, Rinaldo es el padre y Juan el niño marinerito, todos vestidos a la usanza de las tradicionales familias virginianas. Empiezan a comer y todo termina como una batahola descontrolada.
Otro clip más sencillo: en “Un hada y un cisne” se lo muestra a Nito en short de baño, en un parque entre flores y árboles y arrojándose y nadando en una piscina descubierta.
Y en medio de improvisaciones de cada músico cuando Charly toca solo en el piano se injerta como un pequeño flash un extracto de un paso de baile entre Fred Astaire y Ginger Rogers, en “Cheek to Cheek” de la película “Sombrero de Copa” (1935). Por último otro miniclip de Charly como un vampiro que chorrea sangre.
Ya en la despedida del concierto y de la película se lo ve a García y dice la siguiente frase final: “Ustedes saben…, ustedes saben que hay muchos chicos afuera que están hace mucho tiempo esperando entrar. O sea que, les pido… les pido por favor que… O sea, nosotros vamos a tocar un tema más (ovación). Pero después de eso… después de eso les pido que… que ¡se vayan! (sonrisa nerviosa). O sea, los amamos muchísimo a todos, pero ustedes saben lo que pasa. Bueno, yo me despido ahora: chau, chau, chau, loco, chau…»
El film se estrenó finalmente el jueves 2 de septiembre de 1976 en el Cine Plaza (Av. Corrientes 939, en CABA, hoy inexistente) distribuido por Contracuadro y MBC Producciones. Bebe Kamín (porteño nacido el 7 de mayo de 1943) fue responsable del cineclub de la Facultad de Ingeniería, fue ayudante de dirección y un eximio sonidista. El resto de su filmografía como director (y eventualmente guionista y productor), además del título más arriba mencionado y del documental que ahora nos compete, incluye estas películas: Los chicos de la guerra (1984), Chechechela, una chica de barrio (1986), Vivir mata (1991), Contraluz (2001), Maestros milongueros (2006), Teatro Colón: Música Palabras Silencio (2010) y 20 años breves (mediometraje, 2015). Y ha sido el Coordinador general de todas las series de Historias Breves.
Luego de la separación de Sui Generis (el último concierto en vivo que dieron fue el domingo 22 de setiembre de 1975, en el salón del Club Estrella Norte de Caleta Olivia, en la Provincia de Santa Cruz), Charly y Nito se juntarían en 1976 para grabar el disco Porsuigieco (junto a María Rosa Yorio, Raúl Porchetto y León Gieco), pero después Charly seguiría su carrera con La máquina de hacer pájaros primero, luego Serú Girán y finalmente como solista; Nito con Los desconocidos de siempre y luego solista. Y Rinaldo Rafanelli y Juan Rodríguez con Polifemo.
Como cierre una anécdota contada por Charly García a nuestro recordado colega Diego Curubeto: “En realidad Babsy casi no se involucró en la película. Nuestro productor, Jorge Álvarez, iba al hipódromo con Torre Nilsson, de ahí salió que fuera el productor de la película. Tengo un buen recuerdo de Adiós Sui Generis, por lo menos es un buen testimonio de lo que pasó, más allá de que la película es toda azul, y le falta aire. La fiesta que hicimos para la película, con Norma y Mimí Pons, era bárbara, fue una gran fiesta en serio para toda la gente que participó en la escena. Lo absurdo fue que a pesar de que el público del Luna Park era en gran parte adolescente, la censura la calificó prohibida para menores de 18 años, sin que hubiera una sola escena que lo justifique. Un tiempo después de que se hizo yo estaba en un lugar con Torre Nilsson y aparecieron unos militares, y él empezó a gritarles barbaridades por esa calificación, decía que íbamos a tomar el poder y cosas así, y me señalaba todo el tiempo como asociándome con lo que él decía… yo los miraba y les hacía señas que yo no tenía nada que ver. Creo que esa vez zafé por mi mamá, que era media amiga de unos militares. Pero igual era ridículo que le pusieran prohibida para menores de 18 a esa película… Aunque, si lo pienso, también hubo una prohibición tácita a los conciertos en el Luna Park… al otro día ni siquiera salió una crítica en los diarios, era como si no hubiera existido”.