
En el Festival de Cine de Telluride, Bruce Springsteen fue la gran atracción durante un panel tras la segunda proyección de Springsteen: Deliver Me From Nowhere, película que retrata un momento difícil en la vida del músico, centrado en la creación de su álbum “Nebraska”.
Cuando se le preguntó por qué accedió a este proyecto tras recibir tantas solicitudes para adaptar su vida al cine, Springsteen respondió con humor y franqueza: “Soy viejo y ahora no me importa nada”, destacando que la película no es un biopic tradicional, sino un retrato puntual de su vida a los 31 y 32 años, en momentos de desafíos personales.
El film cuenta con Jeremy Allen White interpretando a Springsteen y Jeremy Strong como su manager Jon Landau. White confesó que tuvo que superar el reto de recrear la voz y guitarra de Springsteen, logrando resultados casi idénticos a las grabaciones originales gracias a intensas sesiones de preparación y el apoyo de un equipo profesional.
Inspiración de la película
El director Scott Cooper explicó que la película se basa en el libro de Warren Zanes, pero que también refleja experiencias personales, incluyendo la influencia de su propio padre. Escenas clave, como la del padre de Springsteen pidiéndole sentarse en su regazo o la inserción de la canción de Sam Cooke “Last Mile of the Way”, combinan hechos reales y decisiones creativas para mostrar la profundidad emocional del artista.
Springsteen también compartió la experiencia de ver la película junto a su hermana, destacando la conexión emocional que la cinta genera: “¿No es maravilloso que tengamos esto?”, dijo ella al final de la proyección.
“Deliver Me From Nowhere” se perfila como un proyecto íntimo y revelador, donde el “Boss” se enfrenta a sus demonios personales y ofrece a los espectadores un vistazo a su lado más vulnerable y humano. @mundiario