
martes 26 de agosto de 2025
Dirigida por Jay Roach, Los Roses (The Roses, 2025) está protagonizada por Olivia Colman y Benedict Cumberbatch.
Para Ivy (Olivia Colman) y Theo (Benedict Cumberbatch), la vida parece perfecta: carreras exitosas, un matrimonio amoroso y excelentes hijos. Sin embargo, bajo la fachada de esta aparente vida ideal, se está gestando una tormenta. A medida que la carrera de Theo cae en picada y las ambiciones de Ivy despegan, surge un polvorín de feroz competencia y resentimiento oculto.
En 1989, la novela ya había sido adaptada en una película dirigida por Danny DeVito y protagonizada por Kathleen Turner y Michael Douglas. Aquella versión contaba la turbulenta pelea marital desde la perspectiva del abogado (interpretado por DeVito), quien ayudaba a la pareja con su divorcio y fungía como narrador, aportando suspenso y drama a la historia. En contraste, esta nueva adaptación se aleja de ser un simple remake: toma sus propias libertades y se enfoca en una narrativa más clásica, centrada en la pareja protagonista (cuyos nombres ahora son Ivy y Theo).
El tono de esta versión es mayormente cómico, aunque esto termina por subestimar el concepto original, convirtiendo la película en una comedia marital más, desprovista de profundidad y seriedad. Se opta por un enfoque paródico que aporta cierto dinamismo, pero que no logra destacar verdaderamente.
Narrativamente, Los Roses no ofrece nada nuevo ni distintivo a un concepto básico. La mano de Jay Roach (conocido por Austin Powers y Los Fockers) se nota en la elección de un humor genérico que, si bien hace que la comedia funcione y sea aceptable, sacrifica la esencia de la historia original para simplemente cumplir con lo que la trama requiere.
A pesar de estas decisiones narrativas cuestionables, la película tiene varios aciertos en el terreno del humor. Al ser una comedia de origen británico (coproducción con Estados Unidos) y contar con dos protagonistas británicos, el filme incorpora diálogos ingeniosos e irónicos, personajes excéntricos y una cuota de sátira y crítica social, propias del humor inglés. Este último aspecto es especialmente notorio desde la mitad del segundo acto, cuando la película aborda temas como la inversión de roles en el matrimonio y los celos derivados del éxito profesional.
Además, de forma irónica y con una pizca de crítica, se exhibe una suerte de disputa soterrada entre el humor británico y el estadounidense, que funciona como un chiste recurrente y un guiño para el espectador atento.
Esta nueva adaptación de la novela de Warren Adler es una película errática que no innova ni aporta nada significativo al género de la comedia ni al concepto original. Las actuaciones de Olivia Colman y Benedict Cumberbatch, que se atreven con la comedia, resultan aceptables y cumplen con lo que el guion les exige, pero no logran salvar una trama que se queda en lo convencional.