
sábado 23 de agosto de 2025
La historia comienza con Abigail Dalton (Suranne Jones), recién elegida primera ministra del Reino Unido. Tras recortar el presupuesto militar y enfrentar protestas por la falta de medicamentos en hospitales, su gestión se complica aún más cuando su esposo Alex (Ashley Thomas), médico de Médicos Sin Fronteras, es secuestrado en la Guayana Francesa junto a otros colaboradores. Los captores exigen su renuncia, y lo que era un inicio de mandato se convierte en un dilema que une lo personal y lo político.
La otra protagonista es Vivienne Toussaint (Julie Delpy), presidenta de Francia y candidata a la reelección. Llega a Londres para negociar un acuerdo sobre migración y cooperación sanitaria, pero el secuestro de Alex desbarata la cumbre. Al mismo tiempo, un chantaje amenaza con revelar un escándalo privado que debilita su posición. Lo que debía ser una reunión diplomática se transforma en una serie de decisiones urgentes con consecuencias inmediatas para ambos países.
En Rehén (Hostage, 2025) la tensión se apoya en la lógica del suspenso. Cada episodio despliega secuestros, filtraciones y traiciones que colocan a las mandatarias contra la pared y las obligan a reaccionar bajo presión. La política es el marco, pero el motor narrativo es cómo lo íntimo se convierte en un arma capaz de desestabilizar gobiernos enteros.
El duelo interpretativo entre Jones y Delpy sostiene la serie. Dalton intenta proyectar autoridad mientras lidia con su crisis familiar; Toussaint convierte la ambigüedad en estrategia de supervivencia. Dos estilos distintos de liderazgo atravesados por la misma fragilidad: el poder depende de decisiones que exponen tanto lo personal como lo colectivo.
Rehén no revoluciona el género, pero sabe cómo atrapar: cinco episodios cortos, giros sostenidos y dos protagonistas que cargan con todo el peso dramático. Funciona más por la tensión que genera que por la profundidad política que insinúa. Vale la pena verla como un thriller eficaz, que no da respiro y que se disfruta mejor si se asume lo que es: un entretenimiento bien armado sobre la fragilidad del poder.