
miércoles 20 de agosto de 2025
La vida de Chuck (The Life of Chuck, 2024) no es una película de terror, género con el que se asocia inevitablemente a King. Sin embargo, el misterio en torno a la muerte y el fin de los tiempos impregna toda la trama, generando una atmósfera intrigante y reflexiva.
El mundo parece estar llegando a su fin: internet desaparece, la televisión se apaga, y la gente cae en estado de shock. Nadie entiende qué está sucediendo, y solo queda aferrarse a los seres queridos. En medio de este escenario apocalíptico, emerge la figura de Chuck Krantz, un personaje enigmático que aparece en carteles publicitarios y spots televisivos, siendo agradecido por un accionar desconocido, tras su muerte prematura a los 39 años.
Mike Flanagan (Misa de medianoche, Doctor sueño) escribe y dirige esta adaptación de uno de esos relatos fantásticos de King en los que lo inexplicable se mezcla con interrogantes filosóficos sobre la creación, la existencia y la muerte. Aquí, el terror queda en segundo plano para dar paso a una profunda meditación sobre la vida y sus misterios.
La película se estructura en tres actos contados de forma inversa. El primero, en realidad el final cronológico, sigue a un profesor de secundaria interpretado por Chiwetel Ejiofor, quien busca reconciliarse con su ex esposa (Karen Gillan) ante la inminencia del fin. El segundo acto se centra en Chuck adulto (Tom Hiddleston), destacando una memorable secuencia de baile que simboliza la expresión plena del personaje. El acto final, que es el principio de la historia, muestra a Chuck de niño (Benjamin Pajak) siendo criado por sus abuelos (Mia Sara y Mark Hamill), donde descubrimos las raíces de su pasión por el baile, las matemáticas y el enigma de la vida.
¿De qué trata esta historia? De la búsqueda de respuestas en un universo que se resiste a explicarlas y de la aceptación de nuestro destino, por más abrumador que sea. Mike Flanagan logra captar la esencia sombría de Stephen King para, incluso en su fatalismo, ofrecer una visión esperanzadora sobre la humanidad y su capacidad de encontrar luz en medio de la oscuridad.
La vida de Chuck es una fábula llena de fantasía y esperanza, una verdadera feel good movie disfrazada del extraño y oscuro sello de King. Un relato que trasciende géneros y expectativas, invitándonos a valorar la vida y sus misterios con una mezcla de asombro y ternura.